Skip to content

Meditación - 2021 agosto 5

(Lectura de la Biblia en tres años: Isaías 14:1–23, Efesios 5:14–20)

TE LO HE ORDENADO

Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas

Josué 1, 9

Cuando atravesamos por momentos de ansiedad lo último que quisiésemos oír son órdenes. Tantas cosas encima que no nos permiten siquiera tomar un respiro ¡como para ahora oír un "te ordeno que..!" Debido a nuestra naturaleza que se complace en el pecado, y no puede pensar en otra cosa que orientar sus pasos al camino oscuro del mismo, sentimos un gran enojo en nuestro interior cuando alguien nos quiere ordenar algo, sea madre, padre, maestro, jefe o quien sea. "¿Ahora qué me pedirás? ¿No basta con tan solo verme el rostro fruncido por el estrés como para ahora atormentarme con más pendientes?" podemos llegar a pensar, con repudio incluso. Pero el asunto no termina ahí, sino que aquello que sabemos tenemos que hacer puede ocasionar en nosotros cierto temor o desánimo como para llevarlo a cabo bien, y eso sólo nos ocasiona más problemas de los que podemos soportar.

Hay noticias, buenas noticias. Puede ser que a primera vista no parezcan como tales, pues comienza con "Ya te lo he ordenado", pero tenemos que prestar atención a aquel de quien proceden tales palabras: El Señor, Dios en el cielo nos lo dice, y continúa: "¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas". Ante este camino, este peregrinar en el mundo terreno nos tomaremos con muchas cosas, retos a los cuales tendremos que enfrentar sí o sí. Pero regocijémonos en estas palabras del Señor, ¡Él nos manda a ser fuertes y valientes! Con esto nos asegura que Él tiene todo bajo su control, todo. Por eso es que nos manda a tener ánimo y a no tener miedo, pues nuestro Padre nos asegura un futuro glorioso y maravilloso al final de este camino: el Cielo, la Vida Eterna junto a Él, nuestro Bien Supremo causa de la felicidad. Lo mejor es que esta promesa es algo cierto, muy cierto. Nos encaminamos hacia el Paraíso, el cual es un regalo. No es algo que hayamos ganado por nuestras obras, sino que Dios nos lo da como un obsequio de su amor perfecto, ganado por el sacrificio de Cristo. Son sus obras, no las nuestras, las que nos dan la victoria. Así pues, podemos caminar en esta vida con tranquilidad aun cuando vengan los más pesados retos, pues "la bondad y el amor me seguirán todos los días de mi vida" (Sal. 23, 6).

Oración:

Mi amado Señor, llego a vivir días en que la ansiedad es tan pesada que me es imposible llevar esta carga. Mi naturaleza caída me hace querer tener oídos sordos a todo lo que se quiera decirme. ¡Por favor, que este no sea en el caso de tus palabras! Pues Tú tienes palabras de vida eterna, las cuales me animan y me exhortan a ser fuerte y valiente. Que tu promesa de la gloria eterna me llene de consuelo y tranquilidad para vivir todos mis días con la paz que sobrepasa todo entendimiento. Amén.

 

Lea el Capítulo Completo Aquí


Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

Más Contenido

Meditación - 2019 julio 18

Ver Recursos

Servicio - 13 enero 2019

Ver Recursos

Meditación - 2020 enero 30

Ver Recursos

Meditación - 2020 enero 01

Ver Recursos