
Meditación - 2021 agosto 2
(Lectura de la Biblia en tres años: Isaías 10:5–34, Efesios 4:24–32)
SU DIOS VENDRÁ
digan a los de corazón temeroso: «Sean fuertes, no tengan miedo. Su Dios vendrá, vendrá con venganza; con retribución divina vendrá a salvarlos».
Isaías 35, 4
El corazón es un concepto muy usado en toda la Biblia. ¿Qué es el corazón? El corazón es ahí donde el alma y la inteligencia de las personas se asienta. Donde se encuentran los pensamientos y sentimientos. Es la parte interior, íntima del hombre. Sólo el Señor puede ver su corazón, nadie más. ¿Cómo es su corazón? ¿Qué pensamientos, sentimientos emergen de él? Posiblemente en muchas ocasiones esos pensamientos y sentimientos no sean muy agradables. Puede que muy seguido, en varias circunstancias de su vida su corazón sea invadido de pensamientos y sentimientos oscuros cual enjambre de abejas a un árbol retoño. Tan oscuros, tan pesados son que nublan su vista. Ciegan sus pasos y aun sus palabras que siente que no puede hacer nada. Sus piernas comienzan a agitarse como ramas golpeadas por un tormentoso viento. Ante los demás siente una mirada filosa como una navaja que penetra en usted con una impiadosa frialdad. ¡Si tan sólo alguien me sacara de aquí! grita finalmente su temeroso corazón.
En un primer momento uno podría pensar que por sí sólo, por sus propias fuerzas y medios puede salir de esa situación. Pero la realidad después hace evidente lo contrario, como un golpe que nos derrumba boca abajo y nos hace sentir impotentes. Pero es ahí donde debemos voltear nuestra mirada a la Santa Palabra. En ella hay un grito lleno de esperanza que dice ¡El Señor viene! ¡No temas! Dios nos muestra en su Palabra Eterna que nos ama, nos ama tanto que dio la propia vida de su Hijo para rescatarnos de las garras del demonio, la muerte y aún de nuestra propia carne que hace emerger tanto miedo en nuestro corazón. ¡No tema! Vaya corriendo a la cruz, ahí donde el Hijo de Dios sufrió el peor castigo que cualquier ser humano puede experimentar, aquel que hizo que lanzara con potente voz ¡Dios mío! ¡Dios mío! ¿Por qué me has abandonado? Cristo sufrió también en su corazón, su alma también fue destrozada. Experimentó las consecuencias de su pecado, y todo ello movido en amor para tomar su lugar en ese madero. Al tercer día Dios le levantó de los muertos y nos dice: "así como yo vivo, ustedes también vivirán". ¡Preciosa promesa! Ahora nuestro corazón puede encontrar tranquilidad en las palabras del Señor mostradas en el evangelio. Guarde esas palabras en su corazón, recuérdelas todos los días en todo tiempo, y verá cómo esos pensamientos y sentimientos oscuros se marcharán. Una paz reinará ahora en usted, como la tranquilidad de un viento suave que acaricia los lirios del campo.
Oración:
¡Señor mío y Dios mío! Tú puedes ver lo más íntimo de mi ser, mi corazón está a tu vista todo el tiempo. Son muchas las veces que surge en él una inquietud que me hace perder el control. En aquellos momentos de ansiedad hazme recordar la promesa de tu amado Hijo, quien ha pagado toda la deuda que tenía contigo y ha preparado un lugar para mí en tu Reino, y así mi corazón encontrará tu paz. Amén.
Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.
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