
Meditación - 2021 agosto 15
(Lectura de la Biblia en tres años: Isaías 27:1–28:13, Filipenses 2:12–18)
EN MEDIO DE LA ANGUSTIA CLAMÉ AL SEÑOR
Desde mi angustia clamé al Señor, y él respondió dándome libertad. El Señor está conmigo, y no tengo miedo; ¿qué me puede hacer un simple mortal?
Salmo 118, 5-6
¿Cómo se sentiría usted si supiera que hay un grupo de personas que le persiguen para hacerle daño? Desde luego que sentiría mucho miedo. Uno muy bien sabe que los enemigos no se tientan el corazón con facilidad y, cuando nos encuentran, la piedad no es algo que exista en ese momento. "Yo no tengo enemigos"- podría pensar - "nunca he tenido problemas con nadie y siempre he procurado tener paz con todas las personas que conozco y con aquellas que de paso me tomo en la calle". Sin embargo tenemos enemigos aún más mortales y malvados que están enfrente nuestro todos los días y muy escasez veces somos conscientes de ello. En primer lugar está el ángel malo, llamado diablo, quien "ronda como león rugiente, buscando a quién devorar" (1 Pedro 5, 8). El diablo, día y noche, nos tienta a desobedecer la ley de Dios buscando que caigamos en enemistad con Él. Luego tenemos al mundo, el mundo caído que dice en tono burlesco "¡Ah! ¿con que sois cristianos? ¡bah! menudo aburrimiento regirse por normas pesadas y sin sentido, mejor vengan ¡tomen vino y deleitense en los placeres que ofrezco!" Y en tercer lugar está nuestra propia carne, la cual es caída y no busca otra cosa que deseos egoístas y contrarios a la Voluntad de Dios.
Nuestros enemigos procuran nuestra caída y apartarnos de Dios. Nosotros intentamos huir, pero todo parece inutil y desesperamos. Pero es en el momento de la angustia en que nuestro Señor viene, viene en su gran misericordia y amor paternal para decirnos "no temas, hijo mío, ni te angusties, ¡he aquí que estoy contigo! Todos tus pecados han sido perdonados y limpiados por que mi único Hijo, Jesús, los ha pagado en los tormentos de la cruz y con su Resurrección te ha dado la esperanza de la vida eterna en el Paraíso, el estar a mi lado por toda la eternidad en dicha y gozo sin término". No piense que toda esperanza ha desaparecido cuando la angustia de este mundo llegue. Tiene una esperanza celestial, la cual es más hermosa, perfecta y buena de manera que, con el Apóstol Pablo, podemos decir con seguridad "en nada se comparan los sufrimientos actuales con la gloria que habrá de revelarse en nosotros" (Romanos 8, 18).
Oración:
Experimento angustia y dolor en este mundo a causa de mis enemigos, Señor. Pero recuerda a mi corazón que también conmigo está tu Santo Espíritu quien, por medio de tu Palabra, me muestra que los sufrimientos de este mundo caído son pasajeros y el deleite celestial será eterno. Amén.
Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.
Más Contenido

Meditación - 2019 julio 18
Ver Recursos
Servicio - 13 enero 2019
Ver Recursos
Meditación - 2020 enero 30
Ver Recursos
Meditación - 2020 enero 01
Ver Recursos