(Lectura de la Biblia en tres años: Salmo 107:1–25, 1 Corintios 9:13–18)

NO TENGA MIEDO MI REBAÑO PEQUEÑO

Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas.

Juan 10:11

Si alguna vez has tenido una mascota, conoces el vínculo que se puede formar entre mascota y amo. Por ejemplo, si tienes un perro, le das de comer y lo cuidas, lo llevas a caminar y lo disciplinas, le rascas y masajeas la barriga. Esto forma un fuerte vínculo contigo porque le estás dando un sentido de pertenencia y seguridad.

En el versículo que meditamos hoy, Jesús se identifica a sí mismo como el buen pastor, alguien que cuida de un rebaño de ovejas. Puede ser que a ti y a mí no nos guste la idea de ser comparados con las ovejas, porque no son animales muy brillantes. Pero hay mucho poder en esta analogía de Jesús como nuestro pastor. Un pastor en esos días era tanto un líder como un guardián. A veces, el pastor brindaba consuelo y cura a los animales cuando estaban asustados o heridos, llegando incluso a llevarlos de regreso al rebaño cuando se habían alejado. Otras veces el pastor tenía que corregir y guiar a las ovejas para llevarlas a donde necesitaban ir. Nuestro buen Pastor tiene el mejor interés en sus ovejas (nosotros). En Lucas 15:4b-6 nos dice que cuando una se perdiere: "y va tras la que se perdió, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso; y al llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos, diciéndoles: Gozaos conmigo, porque he encontrado mi oveja que se había perdido."

¡Qué grande es el amor de Jesús y lo que hace por nosotros! Es mucho más que un maestro. Él es nuestro Maestro y Señor. Su voz nos guía por el camino de la vida. Su misericordia cubre nuestras necesidades. Su disciplina nos mantiene fuera de peligro. Su amor y cuidado nos brindan la mejor vida posible. Y en nuestro lugar vivió la vida perfecta que Dios exige, y con su muerte en la cruz pagó por los pecados del mundo, asegurado un lugar en su reino para los que en él creen. Así que no tenga miedo, mi rebaño pequeño.

Oración:

Señor Jesús, eres mi buen pastor. Dame el entendimiento que te pertenezco y ayúdame a confiar en tu voz dondequiera que me guíes. Amén.

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