(Lectura de la Biblia en tres años: Salmo 106:31–48, 1 Corintios 9:6–12)

AMOR Y AGRADECIMIENTO

Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.

Efesios 2:10

En el tiempo de cuaresma es normal ver a la gente animada a hacer obras y penitencias, pero honestamente muchas de esas obras se hacen más por temor y negocio que por amor y agradecimiento a Dios. Muchos quieren que Dios perdone los pecados de todo el año tratando de agradarle durante esta época. Y decimos tratar porque finalmente es lo que es, es tratar, pues con nuestras acciones nunca podemos agradar a Dios. Isaías 64:6a dice: "Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia."

El tratar de ganar el perdón de nuestros pecados o la vida eterna por medio de nuestras obras es muy grave, porque es hacer a Dios mentiroso, porque él dice en su palabra que por nuestras acciones no podemos justificarnos, además es insultar a Cristo y su obra redentora. Nuestra salvación está completa y totalmente en Cristo, no tenemos que ganarla, es un regalo de nuestro Dios misericordioso, así que no podemos jactarnos de ellas, pues en realidad no son nuestras acciones. Dios dice que fue él mismo quien las preparó para nosotros, y simplemente nos dio la oportunidad de hacer lo que dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica. Como creyentes, no hacemos las obras para ganar el favor de Dios, sino las hacemos en amor y gratitud por ser misericordioso con nosotros. Dios no nos exige hacerlas, como creyentes el Espíritu Santo nos fortalece a querer hacer la voluntad de Dios. Y en conclusión es porque Dios nos lleva a hacerlas, Filipenses 2:13 dice: "porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad."

Las obras que llamamos buenas son buenas porque brotan de la fe y son sencillamente una oportunidad de demostrar aprecio por todo lo que Dios ha hecho por nosotros, pues su palabra dice: "Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero." (1 Juan 4:19). Pero hay otra traba, nuestras obras son imperfectas, no hacemos perfectamente lo que Dios quiere. Así que las buenas acciones que realizamos no nos dan la gloria ni la base para jactarnos. Roguemos a Dios que nos llene de compasión cuando ayudemos al anciano, visitemos al preso, demos de comer al hambriento, vestido al desnudo, y en todas nuestras buenas acciones. Y no lo hagamos para negociar con Dios creyendo que nos debe algo, estos son frutos de un creyente, este es el efecto de la fe, y lo hacemos por amor y agradecimiento a Dios. Recordemos que una buena acción es estudiar y meditar en las Santas Escrituras.

Oración:

Padre celestial, gracias por amarme y producir en mí el querer y hacer tu buena voluntad. Recuérdame que es solo por tu gracias que puedo hacer buenas obras. Amén.

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