(Lectura de la Biblia en tres años: Salmo 97–98, 1 Corintios 6:5–11)

¿HA MARCADO DIFERENCIA LA PASCUA?

“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.”

Juan 16:33

El domingo antepasado, los cristianos de todas partes celebramos la resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Algunos de nosotros cantamos: "Gloria a Dios en los cielos, Jesús resucito". Y nuestros corazones se alegraron con cada palabra.

Ya de regreso en nuestra rutina, sea la escuela, el trabajo o en casa, enfrentamos las presiones de la vida cotidiana. Pero es posible que el Salvador resucitado no parezca tan cercano hoy en día, y puede parecer que poco ha cambiado. Nos seguimos enfrentando a esa pandemia y enfermedades persistentes, relaciones rotas, problemas financieros o dificultades que vienen con el envejecer. Escuchamos de la pobreza y la persecución, sobre la guerra y el conflicto en muchos países, y que con la pandemia los abusos domésticos han incrementado, y podríamos preguntarnos: "¿Realmente la Pascua marcó una diferencia? ¿Ha cambiado algo en los pasados 2,000 años desde la resurrección de Jesús? ¿Están las cosas mejor en el siglo XXI de lo que eran en el primer siglo?"

Aunque las naciones, la tecnología y las instituciones sociales han cambiado mucho desde entonces, nuestra condición es muy parecida. Los seguidores de Dios todavía somos adictos al pecado. Jesús advirtió a sus seguidores: " En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo." Tenemos la confianza de que como Cristo venció al mundo, podemos tener una nueva vida en Él y paz a pesar de nuestras muchas aflicciones. Podemos esforzarnos por la restauración de Dios en nuestra vida diaria, estudiando las santas escrituras, acudiendo a servicios de adoración, orando, y meditando en su palabra. En agradecimiento, vamos a querer compartir las buenas nuevas (el evangelio) de amor con los demás y esperar juntos el día en que el Salvador resucitado regrese.

Oración:

Misericordioso Señor, tú sabes lo que hay en mi corazón, y ves nuestra lucha contra el pecado. Te pido restaures mi vida conforme a tu santa palabra, y me des el deseo de hacer únicamente tu santa voluntad. Ayúdame a confiar en que has vencido al mundo y volverás, haciendo todas las cosas nuevas. Amén.

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