(Lectura de la Biblia en tres años: Salmo 91, 1 Corintios 4:7–14)

LISTA DE DESEOS

Y comenzó a enseñarles que le era necesario al Hijo del Hombre padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días.

Marcos 8:31

Muchas personas tienen una lista de las cosas que desean hacer antes de morir. Las actividades en sus listas incluyen todo tipo de aventuras agradables y/o divertidas, cosas destinadas a dar alegría a la persona. Después de todo, esa es la razón por la que existen las listas de deseos. ¿Correcto? Todo se enfoca en mí, mi realización, y mi autocomplacencia.

¿Sabías que Jesús tenía una lista de deseos? Definitivamente si la tenía. Pero su lista no incluía un montón de actividades divertidas y autoindulgentes. No, la lista de deseos de Jesús tenía que ver con vivir una vida perfecta, su sufrimiento en la cruz en su amor abnegado por ti, por mí y por cada pecador. Jesús no inventó su propia lista, se lo dio su Padre antes de que viniera a este mundo, y no reprochó el contenido. Al contrario, Jesús aceptó con alegría y buena voluntad la tarea encomendada por su Padre. Y se esforzó con todo su ser por cumplir con la lista de manera perfecta y apasionada.

En el pasaje en que meditamos hoy, Jesús revela su lista a sus amigos más cercanos. Les dijo que "tenía que sufrir mucho y ser rechazado por los ancianos, los principales sacerdotes y los maestros de la ley, y que debía morir y resucitar después de tres días". Esto fue más que un presentimiento de parte de Jesús. Fue una promesa. Cada elemento de su lista de deseos lo cumplió, sin importar el costo.

¿Y por qué? Porque Jesús te ama tanto. Porque quiere que sepas que el cielo es tuyo. ¡Confía en él! Su lista de deseos está completa y no se trataba de él. ¡Se trataba de ti! En gratitud a la obediencia de Jesús nuestro Señor, vamos a querer alabarlo y pedirle que nos de ese mismo deseo apasionado de vivir nuestra vidas por Él y amar a nuestro prójimo de la misma manera que él nos ama.

Oración:

Jesús, gracias por tu amor fiel y perfecto y tu disposición a sacrificar todas las cosas por mí, para mi salvación. Amén.

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