Skip to content

Meditación - 2021 abril 06

(Lectura de la Biblia en tres años: Salmo 87–88, 1 Corintios 3:4–9)

NO HAY JUSTO

Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.

1 Juan 1:8

Viajando en autobús, me tocó de compañera una señora muy platicadora. El viaje fue largo y la plática amena. Hablamos de la familia, nuestro pasado, la razón del viaje y nuestra fe. Me dijo ser muy creyente y devota a la oración, muy buena con toda la gente y que no cometía pecado ni de pensamiento, y por esas razones iría al cielo. Esto me permitió decirle humildemente, que Cristo vino al mundo a salvarnos del pecado, y la verdad, es que no hay un cristiano perfecto. Es triste decirlo, pero después de conocer a Cristo, los creyentes aún somos susceptibles a la tentación y al pecado, y no estamos libres de toda caída.

En el pasaje en que meditamos hoy, el apóstol Juan nos dice que negar que los cristianos caigan en pecado es engañarse a uno mismo y, por lo tanto, salir de la verdad. Si pensamos que no cometemos pecados o que los que cometemos no son graves, nuestra vida eterna está en grave peligro, “por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios.” Romanos 3:23. Y si no tenemos conocimiento de la voluntad de Dios en nuestra vida, en otras palabras, no conocemos las Santas Escrituras, no sabremos que ofende a Dios y peor aun, no sabremos sobre su amor y que, por su gracia, somos perdonados, “siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús.” Romanos 3:24.

No somos salvos por nuestras buenas obras, ni al hacerlas, somos reconocidos por Dios como justos. Además, nuestras buenas obras para Dios son un trapo de inmundicia por el cual merecemos toda su ira. Solo por los méritos de Jesucristo como nuestro sustituto hemos sido declarados justos. La fe, que el Espíritu Santo pone en nuestros corazones, se manifiesta en obras de amor. Pero no presumimos de esas obras, porque sabemos que no podemos ganar la salvación a través de ellas, ni las estamos haciendo realmente de nuestra voluntad, sino que Dios está trabajando a través de nosotros.

Oración:

Señor, solo gracias a tu obra redentora y tu misericordia, soy salvo y permanezco en la verdadera fe. Te ruego que me des un corazón humilde y amar a mi prójimo como a mi mismo. Amén.

 

Lea el Capítulo Completo Aquí


Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

Más Contenido

Meditación - 2019 abril 23

Ver Recursos

Meditación - 2019 diciembre 17

Ver Recursos

Meditación - 2019 diciembre 18

Ver Recursos