Meditación - 2020 septiembre 3

NUESTRAS COSTUMBRES QUE SEAN SIN AVARICIA

Sean sus costumbres sin avaricia, contentos con lo que tienen ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré.

Hebreos 13:5

Una costumbre es el modo de vivir que es definido por muchas circunstancias en nuestra vida. Esto, muchas veces, depende de nuestra crianza. Muchos han sido criados en medio de necesidades materiales y aprenden llevar su vida con las cosas más necesarias e importantes para su subsistencia en este mundo. Otros han crecido en la abundancia y comodidades y aparaentemente encuentran solución de todas sus necesidades físicas en este mundo.

Pero no importa cuál sea nuestra costumbre de vivir, porque cuando nos paramos frente a este versículo bíblico del día de hoy lo único que podemos hacer es reconocer nuestro pecado. De un modo a otro, hemos pecado en contra del noveno y décimo mandamiento siendo avaros. Queremos cada vez tener más de lo que no necesitamos para nuestro sostenimiento en este mundo y esto muestra nuestra capacidad de tener costumbres avaras. Una vez más, este es un pecado que merece ser condenado en el infierno eterno.

A Jesús, no le importó venir a este mundo para salvarnos de la condenación al infierno. Su manera de vivir lo enseña Mateo 8:20 Jesús le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza. Jesús vivió sin avaricia. Él siempre confió en su Padre que nunca le desamparó ni lo dejó. Y cada día tenía el pan diario y el sustento que necesitaba. Al creer en Jesús por obra del Espíritu Santo, esta confianza de ÉL en su Padre nos es acreditada a nosotros. La bendición del perdón de nuestro pecado de la avaricia la encontramos en su sacrificio en la cruz. El recibió el castigo que nosotros merecemos como lo leemos en 2 Corintios 5:21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él. Su resurrección nos da la seguridad que nuestro Padre nos ha perdonado por toda la obra de Cristo.

Solamente el Espíritu Santo hace que nosotros podamos aprender a ser felices con lo que tenemos y aprender a vivir con las bendiciones materiales que recibimos, todo por gratitud a Jesús por su gran obra de salvación. Hoy nuestro Padre nos asegura que no nos desamparará ni tampoco nos dejará. Que el Espíritu Santo nos conceda esto en el nombre de Jesús. Amén.

Oracion:

Padre Celestial te pedimos que, por medio del Espíritu Santo, y motivados por el amor de Cristo, seamos conformes con lo que tenemos. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén

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