Meditación - 2020 septiembre 2

LAS ESCRITURAS NOS ENSEÑAN A TENER MISERICORDIA CON EL PRÓJIMO

Con misericordia y verdad se corrige el pecado, y con el temor de Jehová los hombres se apartan del mal.

Proverbios 16:6

La generación anterior a los años 90 fue criada muy diferente a cómo son criados los hijos hoy en día. Nosotros recibíamos reprensiones fuertes de parte de nuestros padres cada vez que hacíamos algo malo y los castigos no solamente eran físicos, sino también nos afectaban psicológicamente. Hoy muchos exigen que la manera correcta para hacer la reprensión a los hijos y a los demás es por el diálogo. Estas dos formas de disciplina podrían ser aceptables, dependiendo de la actitud que lleva a los padres a practicarlas. También podemos decir que las dos formas harían daño si se practiquen sin amor y misericordia. La Biblia nos enseña en 1 Juan 5:17 toda injusticia es pecado. Toda disciplina sin amor y misericordia es unjusta desde la perspectiva de Dios. Ninguno de nosotros hemos tratado siempre con perfecta justicia a nuestros hijos ni a otros. Por nuestras injusticias merecemos el castigo en las turbulencias del infierno eterno porque nos dejamos llevar de nuestra arrogancia y superioridad frente al otro. Pecamos en contra del Cuarto Mandamiento y no podemos escapar de nuestro castigo eterno.

Jesús usó perfectamente la misericordia y la verdad cumpliendo este llamado de la Palabra de Dios y lo hizo en nuestro lugar como nuestro sustituto ante Dios. Y sufrió la muerte en la cruz para librarnos de nuestro castigo por el pecado en contra del Cuarto Mandamiento. Demostró la misericordia con su trato hacia la mujer adultera de Juan 8.10–11 10Enderezándose Jesús, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿Dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó? 11Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más. Jesús actuó aquí con misericordia al perdonar a esta mujer y le dijo la verdad con amor al mandarle que dejara esa vida adultera que llevaba. Esta mujer, al igual que nosotros, también encontró perdón completo en la muerte de Jesús, 1 Pedro 3.18 Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu. En la vida, muerte y resurrección de Jesús encontramos su misericordia y verdad.

El mismo Espíritu Santo nos da la sabiduría cuando, con misericordia, ayudamos a alguien, anunciéndole la Ley y el Evangelio para que pueda creer en Jesús como su Salvador por la obra del mismo Espíritu Santo. También le ayudamos al animarle a luchar por amor a Dios en contra de su pecado, y producir frutos de arrepentimiento. Que el Espíritu Santo nos conceda esto en el nombre de Jesús. Amén.

Oracion:

Padre Celestial te pedimos el don de la sabiduría para ayudar al hermano en la fe con amor y misericordia cuando esté pecando y que esos mismos hermanos nos ayuden de la misma manera cuando nosotros mismos estamos en las tinieblas del pecado. Pedimos que el Espíritu Santo produzca este don en nosotros y en otros por los méritos de Jesús. Amén

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