Meditación - 2020 mayo 05

(Lectura de la Biblia en tres años: 2 Samuel 2:8–3:5, Lucas 22:39–46)

EL PODER DE LA PALABRA DEL SEÑOR

Por la palabra del SEÑOR fueron creados los cielos,
y por el soplo de su boca, las estrellas.

—Salmo 33:6

¿Cuánto conoce usted de la Palabra de Dios? Muchas personas que quieren conocer las enseñanzas bíblicas acostumbran leer o escuchar comentarios, artículos o enseñanzas y creerlas sin primero comprobarlas a la luz de la Biblia ¿Hay algún peligro en hacerlo así?

La Biblia nos advierte del peligro de aceptar cualquier enseñanza sin confrontarla con la Escritura. No basta con que nos citen textos de la Biblia. Es necesario que comprobemos que esos textos no han sido sacados de su contexto. Un error frecuente, por ejemplo, es interpretar literalmente las cifras de Apocalipsis, siendo un libro simbólico. Otro error es interpretar alegóricamente los pasajes literales de la Biblia solo porque son difíciles de aceptar. Cada texto debe ser interpretado literalmente, a menos que sea claro que es simbólico. ¿Por qué ser tan intransigentes? Porque se trata de la palabra de Dios. Si la Biblia dice que Dios envió diez plagas sobre Egipto eso debe entenderse tal cual, son plagas literales y no simbólicas. Es importante tener en cuenta este detalle, pues cuando damos a la Biblia la interpretación que no corresponde solo queda la palabra del hombre y tal palabra no tiene poder. La Palabra de Dios es poderosa y tiene el poder de transformar la vida pecaminosa del ser humano en nueva vida. Por el poder del evangelio los muertos espirituales son resucitados a vida eterna. La Palabra de Dios produce convicción de pecado en el rebelde corazón humano, cuando con los pasajes de la ley moral mostramos cuál es el pecado y su funesta consecuencia. Al corazón aterrorizado de saberse condenado al infierno, el evangelio (las buenas noticias) le comunica la verdad de que Cristo pagó y sufrió en lugar del pecador y no solo le da consuelo sino también produce la fe por la que esa verdad será creída. La Palabra de Dios por la cual Él creó lo visible y lo invisible con solo ordenarlo, es la misma Palabra que da nueva vida al anunciar el perdón de pecados que Cristo nos ofrece a través de sus medios de gracia. Esa Palabra nos quitó la venda que no nos permitía ver cuán pecadores somos y cuán bondadoso es Dios al ganar nuestra salvación pagando un alto precio. En gratitud vamos a querer hacer uso diligente de los medios de gracia para crecer en la fe y vamos a querer compartir la palabra pura sin alterarla con nuestro punto de vista.

Oración:

Misericordioso Dios: Te loamos por todas las bondades y conmiseraciones que Tú has manifestado hacia nosotros. Acepta, te suplicamos, nuestro tributo de adoración, alabanza y acción de gracias. Danos tal comprensión de todas tus misericordias, que nuestros corazones sientan verdadera gratitud hacia Ti, y que glorifiquemos tu santo nombre no solamente con nuestros labios sino también con nuestras vidas consagradas a amarte a ti y al prójimo. Amén.

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