Meditación - 2020 mayo 04

(Lectura de la Biblia en tres años: 2 Samuel 2:1–7, Lucas 22:31–38)

LA NOBLEZA BEREANA

Tan pronto como se hizo de noche, los hermanos enviaron a Pablo y a Silas a Berea, quienes al llegar se dirigieron a la sinagoga de los judíos. Éstos eran de sentimientos más nobles que los de Tesalónica, de modo que recibieron el mensaje con toda avidez y todos los días examinaban las Escrituras para ver si era verdad lo que se les anunciaba.

—Hechos 17:10–11

En su segundo viaje misionero, Pablo predicó en la sinagoga de Tesalónica. Aunque hubo algunos que llegaron a creen en Cristo, la gran mayoría rechazó la Palabra. Pero el rechazo no se limitó a la indiferencia o la crítica ofensiva. Hubo acciones de hecho que atentaron contra la integridad de Pablo y Silas. Por eso los creyentes facilitaron la salida de los misioneros enviándolos a Berea. Según la Biblia, los bereanos resultaron ser más nobles que los tesalonicenses ¿Cómo así?

Por el contexto sabemos que esa nobleza se refiere a los miembros de la sinagoga de Berea. Fueron los miembros de la sinagoga de Tesalónica quienes se opusieron a Pablo. Pero los de la sinagoga de Berea optaron por escuchar a Pablo y por examinar «las Escrituras para ver si era verdad lo que se les anunciaba» Aceptar o rechazar una doctrina sin comprobar con la Biblia su validez no es algo bueno. De ahí la gran importancia del «libre examen de la Escrituras».

Aquí es necesario hacer una importante aclaración: los cristianos defendemos el libre examen de las Escrituras. Pero no estamos de acuerdo con la «libre interpretación de las Escrituras» Se trata de dos cosas diametralmente diferentes. La Biblia afirma: «Pero ante todo entended que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.» (2 Pedro 1:20, 21) Eso significa que Dios no aprueba que interpretemos su Palabra a nuestro antojo. La Biblia debe ser su propio intérprete. Es decir, que los pasajes difíciles deben ser explicados a la luz de los pasajes más claros. Allí donde el pasaje dice que es simbólico vamos a entender el símbolo como lo señala tal pasaje. Allí donde el texto es literal hay que entenderlo literalmente. Torcer el significado de las Escrituras es un pecado que merece la condenación eterna (2 Pedro 3:14,15). Dios nos salvó de esa condenación por los méritos del Cristo que Pablo predicaba. En gratitud vamos a querer aprender las Escrituras con reverencia dejando que ella misma sea su propio intérprete.

Oración:

Haz, SEÑOR, que la luz de tu Palabra brille siempre en nuestros hogares de modo que nuestros labios se abran para dar a conocer tu amor en Cristo. Afírmanos en la verdadera fe; y concédenos crecer en tu fe y en la obediencia a tu voluntad, de manera que seamos siervos fieles que prediquen y enseñen el Evangelio en nuestro país y en todas las naciones. Amén.

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