
(Lectura de la Biblia en tres años: 1 Reyes 8:1–11, Juan 5:9–18)
JESÚS SANA A UN HOMBRE QUE NO TENÍA FE
Después de esto Jesús lo encontró en el templo y le dijo: —Mira, ya has quedado sano. No vuelvas a pecar, no sea que te ocurra algo peor.
—Juan 5:14
¿Necesita Jesús la fe del hombre para poder obrar milagrosamente?
Cierto predicador que afirmaba poder sanar la enfermedad covid19 que produce el corona virus murió hace cerca de un mes atrás victima de este mismo mal. ¿Acaso murió porque no tuvo fe en ser sanado?
Los predicadores de sanidades milagrosas afirman vehementemente que en sus reuniones la gente será sanada de sus enfermedades. Sin embargo cuando sucede que las personas no son sanadas ellos explican que eso se debe a la falta de fe del enfermo. Afirman que el mismo Jesucristo no pudo sanar a causa de la falta de fe de las personas. El apóstol Juan nos narra el caso de un hombre que no creía ni conocía a Jesús pero que igual fue sanado. Este hombre estuvo ciego por 38 años. Jesús lo sanó un sábado. Mientras se iba cargando su camilla los líderes judíos le preguntaron quién le sanó. Juan nos informa que « El que había sido sanado no tenía idea de quién era, porque Jesús se había escabullido entre la mucha gente que había en el lugar.» (Juan 5:13). Esto que demuestra que el hombre no conocía a Jesús y por tanto no tenía ninguna fe en él antes de ser sanado. Los milagros y sanidades que Jesús hacía nunca dependieron de la fe de los seres humanos sino del hecho de que él es Dios, es todopoderoso. ¿Por qué entonces hay personas que no sanan después de pedir en oración ser sanadas? Dios nunca prometió sanar siempre que se lo pidamos. El apóstol Pablo oró tres veces para ser sanado y Dios le dejó en claro que no le sanaría (2 Corintios 12:8,9) Eso no significa que no debemos orar pidiendo ser sanados. Pero sí significa que cuando pidamos ser sanados reconozcamos que Dios no prometió sanar siempre que se lo pidan. Haremos esto al decir «Concédemelo, Señor, si es tu voluntad» El Señor tiene principal interés en nuestro bienestar espiritual eterno por esto él pone prioridad en que seamos salvos antes de tener salud física o prosperidad material. Cristo nos otorga gratuitamente la salvación eterna. En gratitud vamos a querer aceptar con gusto sus respuestas a nuestra oración aun en el caso en que no resulten como nos hubiera gustado.
Oracion:
Otorga, ¡oh Dios!, por tu Espíritu Santo, consuelo y alivio a los que padecen aflicción, necesidad, enfermedad, a los que están en peligro de muerte, a todos los que sufren de un modo u otro, y especialmente a los que sufren por causa de tu nombre y de tu verdad, para que acepten sus tribulaciones con resignación cristiana y se sometan a tu benigna voluntad paternal. Te suplico, también, los libres de sus aflicciones, si es tu voluntad. Amén.
Meditación - 2020 junio 16
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