MATEO. 25:41

“¡Apártense de mí, malditos! ¡Vayan al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles!

¡El lugar para los que practican el pecado!

Hoy en día es normal ver en el mundo que la gente no le da importancia al pecado, y lo podemos ver de muchas formas; cuando las personas apoyan el homosexualismo, el aborto, la unión libre, y podríamos citar infinidades de pecados los cuales el mundo es feliz practicando y diciendo, “pues yo no le veo nada de malo y si fulanito lo hace, porque yo no voy a poder hacerlo también.”

Nunca pensemos que somos nosotros los que podemos decir que está bien o que está mal. Delante de Dios, nuestros pecados, por insignificantes que puedan parecernos, siempre merecerán el castigo eterno del infierno delante de Dios.

Cuando ponemos nuestra razón por encima de Dios, lo único que podemos esperar es su ira, por mentir para cubrir su verdad. Romanos. 1:18 La ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad y maldad de quienes injustamente retienen la verdad.

Un adagio popular dice que tan culpable es el que hace la estaca como el que utiliza la estaca, no solo los que hacen estas cosas son culpables delante de Dios sino también sobre quienes las aprueban y las consienten. Romanos. 1:32 quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.

Hoy, Dios nos anima a que no juzguemos lo que es pecado o no es pecado con nuestra razón, sino que más bien vayamos a su palabra y miremos su santa ley en los Diez mandamiento. Es allí solamente donde Dios nos enseñará y nos llevará a entender que es pecado, y esto lo hace por amor a cada uno de nosotros para que cuando muramos no tengamos que oír esas duras palabras de la boca de Jesús apártense de mí, malditos, al fuego eterno.

Ya consientes del castigo eterno del infierno, pidámosle que nos guie a un verdadero arrepentimiento para que nuestros pecados sean perdonados por la fe en Cristo y el día que estemos en su presencia, oigamos esa maravillosas palabras de parte de Jesús que nos llenarán de alegría por toda la eternidad. Mateo.25,34 “Vengan, benditos de mi Padre, y hereden el reino preparado para ustedes desde la fundación del mundo.

Oracion:

Padre santo, perdóname todas las veces que juzgue mis malas acciones con mi razón, y dame la sabiduría y la fe necesaria para hacer tu voluntad. AMEN

Lea el Capítulo Completo Aquí