Lucas 10:25

En ese momento, un intérprete de la ley se levantó y, para poner a prueba a Jesús, dijo: «Maestro, ¿qué debo hacer para heredar la vida eterna?»

Solo Dios nos puede llevar a la vida eterna.

En todos los tiempos, el ser humano siempre se ha preocupado por la vida eterna y esto los ha llevado hacerse la misma pregunta del intérprete de la ley: ¿qué puedo hacer para ganar la vida eterna? y ha buscado distintas formas para llegar a ella.

Unos quieren llegar por ser buenas personas. Pero al igual que Jesús le dio la respuesta a este hombre, nos contestan hoy a nosotros las palabras de Romanos 3:12  Todos se desviaron, a una se han corrompido. No hay quien haga lo bueno, ¡no hay ni siquiera uno!

Otros esperan que, después de la muerte, sus seres queridos los puedan ayudar a conseguirlo. De nuevo, Dios nos da la respuesta. ¡Ninguno de ellos puede salvar a su hermano, ni dar nada a Dios a cambio de su vida!

Y otros muchos intentarán llegar a ellas por medio de sus obras. Dios nos responde nuevamente en Romanos. Porque nadie podrá decir que ha cumplido la ley y que Dios debe reconocerlo como justo, ya que la ley solamente sirve para hacernos saber que somos pecadores.

Dios nos dice que el ser humanos no podrá, por sus propios medios, lograr el perdón de sus pecados, que es el requisito para llegar a la vida eterna. No importa lo que el hombre se esfuerce o haga, siempre fallará en su intento.

Podríamos preguntarnos, si todo esto no sirve para lograr la vida eterna, ¿entonces no hay ninguna esperanza? Gracias a los méritos de Jesús, si la hay. En la misma palabra Dios nos dice como él lo hace posible. Él nos da el perdón de nuestros pecados por medio de su hijo Jesucristo. Romanos. 8:1 dice, Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús. Al darnos el perdón de nuestros pecados también nos regala la vida eterna.

Leímos en Juan. 5:24 De cierto, de cierto les digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no será condenado, sino que ha pasado de muerte a vida.

Oracion:

Padre eterno, te pido perdón por las veces que he querido ganar la vida eterna por mis propios medios, y te pido que me des la fe para poder mirar a Jesús como el único que me puede llevar a la vida eterna. Amén.

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