Mateo 4:3, 4

Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. Él respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

La palabra de Dios nos alimenta eternamente.

Miramos, que hoy en el mundo, hay un esfuerzo común entre sus habitantes, y es el de ‘cómo me consigo mi comida de hoy.’ Eso, muchas veces, lleva a la gente a robar o matar por obtener la comida diaria. Además, muchas veces, nos ponemos de mal genio cuando no tenemos comida, pues el hambre nos hace actuar de esta manera. El diablo tienta a las personas para que reaccionen de esta forma cuando se sienten sin su alimento físico diario.

Cuando Jesús dice que no solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios, no está diciendo que no debemos comer físicamente pues, de no hacerlo, moriremos. La comida es una forma que Dios nos ha dado para preservar la vida humana.

Pero esta no debe ser nuestra prioridad. Cuando Jesús dijo ‘que de toda palabra que sale de la boca de Dios,’ esto nos enseña que hay también una vida espiritual que Dios alimenta por medio de su palabra.

Con estas palabras, Jesús nos enseña que nuestra prioridad debe ser nuestra vida espiritual como él había dicho en su famosos sermón del Monte escrito en Mateo. 6:33, Por lo tanto, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.

Y Dios nos promete que el cuidara de nuestra vida física. Mateo. 6:31,32 dice,   Por lo tanto, no se preocupen ni se pregunten “¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?” Porque la gente anda tras todo esto, pero su Padre celestial sabe que ustedes tienen necesidad de todas estas cosas.

Dios quiere que no seamos como esas personas que se preocupan más por su vida física que su vida espiritual. Él nos manda que lo invoquemos primero por esa comida espiritual y que confiemos en él para proveer la comida material.

Oracion:

Señor de los cielos, enséñame que cada día yo te invoque primero por mi vida espiritual la cual tú la alimentas por medio de tu palabra, y dame la confianza para creer que también proveerás mi alimento físico. Amén.

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