Meditación - 2020 febrero 29

(Lectura de la Biblia en tres años: Jueces 5, Lucas 11:6–13)

AYUNO DE TENTACIÓN

Luego el Espíritu llevó a Jesús al desierto para que el diablo lo sometiera a tentación.

—Mateo 4:1

Jesús, después de su bautismo fue proclamado por Dios mismo como su Hijo amado en quien estaba complacido ¿Por qué entonces el Espíritu Santo lo lleva al desierto a ser tentado?

Podríamos pensar que como en el caso de Job, Satanás quería demostrar que Dios se habría equivocado y entonces era necesaria tal prueba. Pero no es así. El contexto bíblico nos enseña que Cristo vino para ser nuestro sustituto. Puesto que la voluntad de Cristo y la voluntad del Espíritu Santo están en completa armonía podemos decir que Cristo fue al desierto, no obligado, sino por su propia voluntad. Pero bajo la guía del Espíritu. Fue deliberadamente para ser tentado por el diablo, y para vencer a Satanás en lugar de nosotros. Jesús jamás cayó en pecado.

Según el relato de Lucas Jesús fue tentado durante los 40 días de su ayuno (Lucas 4:2) Durante ese tiempo enfrentó todas la tentaciones de Satanás. Pero el Espíritu Santo ha inspirado el registro de tres de ellas para nuestra enseñanza y que coinciden con tentaciones en las que los israelitas cayeron durante los cuarenta años que vagaron por el desierto. Muchas otras veces, después del ayuno del desierto Cristo fue tentado. Pero de todas ellas salió victorioso. No porque haya usado sus poderes divinos. Él enfrentó esas tentaciones como un ser humano, con las limitaciones propias de su naturaleza humana. Sin embargo sí se valió de «toda la armadura de Dios» (Efesios 6:13). Fue por la espada de la palabra que venció al demonio. Puesto que nosotros hemos nacido pecadores y destituidos de la gloria de Dios no podemos vencer a Satanás con nuestro propio poder. Tampoco podemos obedecer a Dios. Cristo lo hizo por nosotros. En él somos más que vencedores. En gratitud vamos a querer depender de él para vencer las tentaciones, confiando que él nos suministrará la salida (Mateo 26:41; Hebreos 4:15; 1 Corintios 10:13)

Oración:
Señor tú venciste las tentaciones en lugar de mí y en la cruz pagaste mi pecado. Te suplico no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del maligno. Amén.