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Meditación - 2020 febrero 25

Meditación - 2020 febrero 25

(Lectura de la Biblia en tres años: Jueces 1:22–2:10, Lucas 10:17–24)

LA OBEDIENCIA ACTIVA DE JESUCRISTO

Porque así como por la desobediencia de uno solo muchos fueron constituidos pecadores, también por la obediencia de uno solo muchos serán constituidos justos.

—Romanos 5:19

Cada cierto tiempo aparece algún predicador enseñando que Dios ya hizo su parte por nuestra salvación y que ahora corresponde que nosotros hagamos nuestra parte ¿Enseña eso la Biblia? ¿Cuál es la parte que nos corresponde hacer? Son preguntas de vital importancia que deben ser respondidas con la verdad.

Según la Biblia solo hay dos maneras de alcanzar la salvación y la vida eterna: Una, es obedecer perfectamente la ley moral de Dios, como lo explicó Pablo: «Así describe Moisés la justicia que se basa en la ley: “Quien practique estas cosas vivirá por ellas”.» (Romanos 10:5; cf. Gálatas 3:11; Levítico 18:5; Lucas 10:28) La otra manera es ser salvos por la gracia de Dios mediante la fe que es creada por el poder del evangelio: «Sin embargo, al reconocer que nadie es justificado por las obras que demanda la ley sino por la fe en Jesucristo, también nosotros hemos puesto nuestra fe en Cristo Jesús, para ser justificados por la fe en él y no por las obras de la ley; porque por éstas nadie será justificado» «Y si es por gracia, ya no es por obras; porque en tal caso la gracia ya no sería gracia» (Gálatas 2:16; Romanos 11:6). Puesto que nadie ha podido jamás obedecer la ley perfectamente. La única manera efectiva de salvación es la gracia de Dios (Gálatas 3:21).

Cristo no merecía sufrir la muerte. Pero murió en la cruz en lugar de nosotros padeciendo toda la ira de Dios. Al sufrimiento de Cristo llamamos «la obediencia pasiva de Cristo» pues él se sometió a todo ese padecimiento de modo pasivo, es decir no lo provocó. Jesucristo obedeció perfectamente toda la voluntad de Dios durante todo el tiempo que vivió desde su nacimiento hasta su muerte en la cruz. Lo hizo en lugar de nosotros tal como lo explica Pablo en el texto de hoy: «por la obediencia de uno solo muchos serán constituidos justos» A esa obediencia llamamos «la obediencia activa de Cristo». Nuestra parte es obedecer perfectamente. Pero no podemos hacerlo. Por eso Cristo lo hizo en lugar nuestra y su obediencia es acreditada a nuestro favor. En gratitud vamos a querer vivir en obediencia a Dios, no para ganar la salvación, sino porque sabemos que ya hemos sido salvos. La obra de Cristo está consumada nada puede añadirse a ella.

Oracion:

Señor, confieso que por mi propia razón o elección no puedo creer en Jesucristo, mi Señor, ni acercarme a él. Sino que el Espíritu Santo me ha llamado mediante el evangelio, me ha iluminado con sus dones, me ha santificado y guardado en la fe verdadera. De la misma manera llama, congrega, ilumina y santifica a toda la iglesia cristiana en la tierra, y en Jesucristo la conserva en la verdadera fe. Gracias te doy por ello, pues mi salvación no depende de mí sino de ti. Amén.

 

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Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

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