
Meditación - 2020 febrero 05
Meditación - 2020 febrero 05
(Lectura de la Biblia en tres años: Josué 11, Lucas 7:36–43)
LA SAL DE LA TIERRA
Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve insípida, ¿cómo recobrará su sabor? Ya no sirve para nada, sino para que la gente la deseche y la pisotee.
—Mateo 5:13
La sal y la luz son cosas a las que prestamos atención cuando hay demasiada o muy poca. Cristo dice que sus discípulos son la sal de la tierra ¿Por qué?
Desde tiempos remotos la sal nos sirve para sazonar los alimentos y para conservarlos. En tiempos de Jesucristo, la sal era el único conservante conocido. Por esta razón era muy apreciada, tanto que el término salario se usaba para referirse al pago en sal que los soldados romanos recibían por su trabajo. En la actualidad disfrutamos de contar con sal pura. Pero en la tierra de Israel la sal proviene del mar muerto y contiene minerales adjuntos. Si se la expone demasiado al sol o a la lluvia pierde su salinidad y solo sirve como grava para los caminos. Con las palabras del texto de hoy Cristo dice que sus discípulos son el elemento conservante del mundo. Dios preserva el mundo por causa de ellos. Él o hubiera destruido a Sodoma y Gomorra si sólo hubieran existido diez personas justas en ella. Hoy conserva todo el mundo que los cristianos puedan servirle aquí, y su mayor responsabilidad es rescatar de la destrucción a otras almas perdidas trayéndolas al evangelio de Cristo.
Cristo no dice que debemos ser la sal y luz del mundo. Él dice que lo somos. Cuando los creyentes descuidan la fe y esta se hace débil o desaparece son como la sal que ha perdido su cualidad. No sirve. Cristo no quiere que nuestras buenas obras reciban propaganda. La vida santificada de los creyentes es evidente por sí misma y repercute en su entorno inmediato (1 Pedro 3:16). En nuestra imperfección fallamos en vivir en la santidad perfecta que Dios demanda (1 Pedro 1:15,16; cf. Levítico 20:7; Mateo 5:48) y por eso somos merecedores de toda la ira de Dios. Jesucristo fue perfectamente santo en lugar de nosotros y murió por nuestros pecados. Sólo por él somos salvos (Romanos 5:18,19; 1 Pedro 2:22,23). En gratitud vamos a querer vivir pensar, sentir y actuar santamente (1 Corintios 6:20; 10:31)
Oración:
Señor, gracias te doy porque, siendo yo un miserable pecador hijo del Adán caído y merecedor de todos los males, gracias a los méritos de Cristo puedo confesar que soy perdonado y declarado justo delante de Dios. En gratitud, quiero vivir en santidad. Pero sé que mi carne es débil y por eso te suplico me auxilies y no me dejes caer en tentación: Por tus medios de gracia, afírmame en la verdadera fe para la vida eterna. Amén.
Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.
Más Contenido

Meditación - 2019 julio 18
Ver Recursos
Meditación - 2019 julio 18
Ver Recursos
Servicio - 13 enero 2019
Ver Recursos
Meditación - 2020 enero 30
Ver Recursos