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Meditación - 2020 febrero 01

Meditación - 2020 febrero 01

(Lectura de la Biblia en tres años: Josué 8:30–35, Lucas 7:11–17)

LECTURA DE LA LEY EN EL MONTE EBAL

Entonces Josué levantó, en el monte Ebal, un altar al Señor, Dios de Israel, tal como Moisés, siervo del Señor, había ordenado a los israelitas. Lo levantó de acuerdo con lo que está escrito en el libro de la ley de Moisés: un altar de piedras sin labrar, es decir, que no habían sido trabajadas con ninguna herramienta. En él ofrecieron holocaustos y sacrificios de comunión al Señor.

—Josué 8:30–31

El fuerte y joven leñador no salía de su asombro al constatar que su abuelo haya cortado más leña que él. Durante toda la mañana trabajó sin descanso, en tanto que el abuelo descansaba unos minutos cada media hora. Finalmente el abuelo le explicó: «Gané, porque en mis descansos afilaba el hacha»

Las ciudades de Jericó y Hai fueron derrotadas por Israel al mando de Josué. Pero, en lugar de continuar con la conquista de la tierra prometida, inmediatamente hacen una pausa para levantar un altar en el Monte Ebal ¿Por qué? Josué era consciente que las victorias no resultaron de la propia capacidad militar de ellos, sino del poder de Dios. Ellos tenían una misión e instrucciones claras: Después de cruzar el Jordán y de entrar en la tierra prometida debían: 1) Levantar unas piedras grandes, revocarlas con cal, y escribir sobre ellas la ley. 2) Edificar allí un altar de piedra en honor al Señor, presentar ofrendas y celebrar juntos compartiendo una comida. 3) Proclamar las bendiciones del pacto desde el Monte Gerizim y las maldiciones desde el monte Ebal. (Deuteronomio 11:26–30; 27; 28.). De aquí en adelante el pueblo de Dios celebrará los hechos memorables del Señor siguiendo estos principios: 1) Usar monumentos que se enfocan en la palabra; 2) Un altar en honor al Señor ante el cual ofrecemos culto racional en gratitud a Dios y participemos en comunión de la cena del Señor; 3) Proclamamos la ley y sus amenazas en toda su dureza y las bendiciones incondicionales del Señor (evangelio) en toda su dulzura. Solo así somos fortalecidos para, en gratitud, servir al Señor en la misión de llevar el mensaje hasta lo último de la tierra.

Oración:
Señor, nuestro mundo agoniza sumido en el pecado. Sin tu misericordia ya estaría sufriendo la condenación eterna. Pero tu palabra nos dice que tú eres paciente y que demoras la llegada del juicio final y del fin del mundo porque quieres dar oportunidad a todos para salvación. Por los méritos de Cristo soy perdonado, aunque no lo merezco. En gratitud quiero servirte llevando el evangelio de salvación por donde vaya. Te suplico que por tus medios de gracia llenes mi corazón con tu palabra, abras mis labios para hablar de ti y de lo que hiciste para salvarnos y me guardes de ser un tropiezo para la fe de mi prójimo. Amén.

 

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Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

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