Meditación - 2021 enero 4

(Lectura de la Biblia en tres años: Job 21:15–34, Hechos 22:22–29)

¡CLAMA A MÍ!

“Clama a mí y te responderé, y te daré a conocer cosas grandes y ocultas que tú no sabes”.

Jeremías 33, 3

Son frecuentes los días en que es común que me vengan a la memoria recuerdos de todo lo que he hecho hasta el momento. Es interesante ver como los días que han pasado, a lo largo de la vida, nos han mostrado cosas de las que ahora nos damos cuenta con una luz más brillante. Pero aún hay esas situaciones en las que sencillamente no sabemos qué hacer, qué decir... qué pensar. Hicimos cosas malas, muy malas. Otras, no sabemos si fueron buenas o malas. Creo que no hay nada peor que no saber cómo caminar por esta vida. Pero, ¿cómo podemos llegar a conocer lo que está bien y mal entre un mundo donde cada persona tiene una opinión distinta?

Es en ese momento, debemos recurrir, no a las personas, sino a Dios. El Señor nos dice en el pasaje de hoy, que ante todo, debemos clamar a Él. Solo su ley es perfecta, pues nunca cambia, siempre es la misma.

Diario vaya a la Palabra de Dios para que le muestre el camino en que debe andar. Si nos dejamos guiar por el corazón, solo nos engañaremos a nosotros mismos, pues el corazón solo desea hacer las cosas que van en contra de la voluntad de Dios. Podemos llegar a conocer hasta cierto punto el bien, pero nuestra mente está nublada por el pecado, así que no podemos guiarnos solo con nuestra mente. Debemos ir a lo que está escrito, a la Biblia. Sólo ella tiene la verdad absoluta, porque es la misma Palabra de Dios. En ella encontramos consuelo en los momentos difíciles, y guía en nuestro vivir diario.

Ore al Señor para que le muestre el camino, para que le otorgue sabiduría y pueda compartirla con los que le rodean. Tenga siempre su fe viva para que no caiga en el pecado. Y si llega a caer, no se desanime, pida perdón al Señor que siempre tendrá misericordia y le enseñará a no caer de nuevo en el error.

Oración:

Padre mío, perdóname todos mis pecados. Otórgame sabiduría por medio de tu Santa Palabra para que me muestres el camino que debo andar. Que aquellas cosas que me son ocultas me sean reveladas por tu Palabra y me guíen todos los días. Amén.

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