Meditación - 2021 enero 30

(Lectura de la Biblia en tres años: Salmo 1–3, Hechos 28:22–25)

¡NOTICIAS INCREÍBLES!

“¡Miren a las naciones! ¡Contémplenlas y quédense asombrados! Estoy por hacer en estos días cosas tan sorprendentes que no las creerán aunque alguien se las explique.”

Habacuc 1, 5

¿Ha recibido noticias que simplemente no puede creer? Son noticias que llena de una alegría indescriptible, pero que no quiere dejarlas para usted solo. Desea compartirlas con tantas personas pueda, y más si esas noticias resultan en beneficio para muchísimas más gente.

El Señor nos da noticias muy increíbles. Tanto que, de hecho, desafían a la misma razón humana. Dios conoce nuestra situación: somos seres pecadores que merecen el peor de los castigos de los infiernos. A pesar de que intentemos hacer lo bueno no hay nada que no esté manchado por el pecado. Toda la ley de Dios, sus mandamientos, exigen una obediencia perfecta, y si no la cumplimos significa un pase directo a los tormentos del infierno. Ya que desde este momento somos pecadores, sufrimos las consecuencias de ese pecado: nos enfermamos, nos debilitamos, envejecemos y, finalmente, morimos.

Pero Dios el Señor no nos ha dejado desprovistos, y aquí están las noticias increíbles que nos da nuestro Señor. Sí, somos pecadores que merecemos el infierno, merecemos sufrir en esta vida hasta la muerte. Pero el Señor no nos ha tratado como merecemos, sino que, en un amor sin comparación, ha encargado a su Hijo, inocente, a que viviera una vida obedeciendo la ley perfecta de Dios y que, al final, experimentara el tormento del infierno y muriera padeciendo el castigo que nosotros merecemos. ¿Por qué lo ha hecho? La respuesta sencilla es que nos ama, nos ama tanto que estuvo dispuesto a padecer todo ello por nosotros. Ahora, si tenemos fe en la obra de Jesús, podemos ser herederos de la vida eterna. ¡Contemple tan maravillosas noticias y gócese!

Oración:

Señor Jesús. Tus noticias son muy increíbles. Tú, siendo inocente, cargaste con todos nuestros pecados y padeciste lo que nosotros debimos de padecer. Te pido que me ayudes a apreciar este regalo maravilloso y a que lo comparta a todos para que contemplen tu amor y fidelidad y encuentren descanso en ti. Amén.

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