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Meditación - 2021 enero 3

Meditación - 2021 enero 3

(Lectura de la Biblia en tres años: Job 21:1–14, Hechos 22:17–21)

¡INVÓCAME EN LA ANGUSTIA!

“Invócame en el día de la angustia; yo te libraré y tú me honrarás”

Salmo 50, 15

Existen innumerables ocasiones en que nos encontramos ante situaciones en las que sencillamente no sabemos qué hacer. Todo está tan fuera de nuestro control, hay cosas que sencillamente no están en nuestras manos y no podemos hacer otra cosa más que resignarnos. Puede ser, que el comienzo de un nuevo año venga con serias dudas acerca de lo que acontecerá en los más de trescientos días que están por venir. ¿Habrá nuevas deudas? ¿Tendré un mejor trabajo? ¿Me echarán de donde estoy ahora? Tal vez aún sigamos cargando algo del año anterior y no hemos encontrado la forma de salir.

Luego, está ante nosotros un sin fin de cosas que podemos hacer. Hay todo un mar de decisiones del cual podemos tomar cualquiera, pero así, como son muchas las posibilidades, lo son las consecuencias. ¿Qué pasaría si hace aquello que ha estado pensando desde hace tiempo? ¿Aceptará aquella propuesta que le dieron? ¿Tomará el camino que nunca pensó que lo haría? Puede, que incluso pensemos que no hay consecuencias tan trágicas, pero ¡oh sorpresa! resulta que era peor de lo que pensaba. Y la culpa se hace presente. No lo deja en paz y puede que le haya quitado el sueño varias noches. Si tan solo no hubiera dicho eso. No hubiera hecho eso otro. Ahora ese sentimiento pesado no puede irse.

Pero, tan oscuros pueden ser esos momentos que nos hacen olvidar que Dios siempre está con nosotros, y que en cualquier momento podemos elevar nuestras oraciones a Él, con la seguridad de que nos escuchará y nos responderá. ¿Está usted angustiado por algo? ¡Clame al Señor! ¿la culpa es muy pesada? Cristo la cargo por usted bajo la cruz que le dio, al final, la muerte. Cristo nos ha limpiado con su preciosa sangre. Ya no hay más culpa. Maravillese por la gran obra que Cristo ha hecho por usted. Comience este nuevo año con la mirada en alto, que quien lo guía es su Dios que murió y resucitó por usted.

Oración:

Señor, ayúdame a recordar en los momentos de angustia que tú eres mi Dios, mi roca y mi guía. La culpa ya no está, pues tú la quitaste con tu sangre. ¡Ayudame e impregname de tu amor paternal! Amén.

 

Lea el Capítulo Completo Aquí


Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

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