Skip to content

Meditación - 2020 enero 29

Meditación - 2020 enero 29

(Lectura de la Biblia en tres años: Josué 6; Lucas 6:37–45)

EL SEÑOR CUIDA EL CAMINO DE LOS JUSTOS

El SEÑOR cuida el camino de los justos,
mas la senda de los malos lleva a la perdición.

—Salmo 1:6

¿Puede usted diferenciar fácilmente a un coreano de un chino o de un japonés? A los coreanos no les gustan los lunares en el rostro. Cuando los tienen, procuran extirparlos con rayo láser. El inconveniente es que una vez extirpado, el lunar les vuelve a salir cada año. Los creyentes tenemos un inconveniente similar con el viejo Adán, nuestra naturaleza pecaminosa: necesita extirpación diaria.

No tenemos la capacidad de extirpar nuestro viejo Adán. Solo el poder de la palabra de Dios puede hacerlo. Necesitamos la obra del poder de la palabra de Dios diariamente. ¿Por qué? A veces tenemos la impresión de que somos personas buenas y que fallamos de vez en cuando, pero que si nos esforzamos lo suficiente llegará un momento en que no fallaremos, ya no pecaremos. Esa es una gran equivocación. El salmo primero fue escrito para mostrarnos cuál es la manera en que el pueblo de Dios puede vencer al pecado y a la naturaleza pecaminosa.

Como creyentes en el Señor somos conscientes de que el mundo, la carne y el diablo batallan intensamente para arrástranos al pecado y hacernos sus esclavos. El texto de la meditación de hoy muestra que, en esa batalla, el impío será vencido y sucumbirá a su carne, al mundo y al demonio. El creyente alcanza la victoria, pero no por su propio esfuerzo o santidad. No hemos cometido los pecados más aberrantes porque seamos muy santos, sino porque Dios nos frenó. Él libra a su pueblo y es él quien le concede obrar el bien (Filipenses 2:12; Efesios 2:8–10). ¿Cómo lo hace? Por el poder de la Palabra. De eso trata todo el Salmo uno. Con la ley, el Señor nos muestra, como con un espejo, cuán pecadores somos, qué pecados hemos cometido y cuál es la consecuencia: somos merecedores de toda la ira de Dios. Con el evangelio escuchamos las buenas noticias de Salvación, lo que Cristo hizo para salvarnos. Esa buena noticia produce fe y gratitud en nuestro corazón de manera que queremos usar la ley moral como una guía para vivir en gratitud y no como una manera con la cual ganar el cielo tratando de agradar a Dios con buenas obras. Puesto que hemos nacido de nuevo por el poder del evangelio, vamos a querer vivir y crecer espiritualmente por ese mismo poder.

Oración:

Misericordioso Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo: Te alabo y doy gracias por todas las bondades y conmiseraciones que has manifestado hacia mí. Acepta, te suplico, mi ofrenda de adoración, alabanza y acción de gracias. Dame tal comprensión de todas tus misericordias, que mi corazón sienta verdadera gratitud hacia Ti, y que glorifique tu santo nombre no solamente con mis labios sino también con mi vida. Te presento, Señor, mi cuerpo y alma, mi corazón y mente, talentos y facultades en gratitud a tu amor incondicional. Amén.

 

Lea el Capítulo Completo Aquí


Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

Más Contenido

Meditación - 2019 julio 18

Ver Recursos

Meditación - 2019 julio 18

Ver Recursos

Servicio - 13 enero 2019

Ver Recursos

Meditación - 2020 enero 30

Ver Recursos