Meditación - 2020 enero 21

(Lectura de la Biblia en tres años: Deuteronomio 32:21–47, Lucas 5:17–26)

LA EPIFANÍA ANUNCIADA DEL REY ETERNO

Dios, que es justo, pagará con sufrimiento a quienes los hacen sufrir a ustedes. Y a ustedes que sufren, les dará descanso, lo mismo que a nosotros. Esto sucederá cuando el Señor Jesús se manifieste desde el cielo entre llamas de fuego, con sus poderosos ángeles

—2 Tesalonicenses 1:6–7

¿Se viene un calentamiento global? Desde hace algunas décadas atrás, el nuevo temor mundial se denominó «Calentamiento Global». Puesto que son muchos quienes ponen en duda la validez de tal amenaza hoy se acostumbra hablar de «Cambio Climático» ¿Qué dice la Biblia al respecto?

La solución propuesta para el calentamiento es combatir la producción de contaminantes, especialmente el CO2. Sin embargo, nueva evidencia pone al descubierto que el aumento de la temperatura también se debe a procesos naturales de nuestro planeta. Eso significa que los avances tecnológicos y científicos no parecerían poder frenar tal cambio climático. Por otra parte, la Biblia deja muy en claro que el día final de nuestro mundo será muy caluroso. Tal como lo leemos en el texto de la meditación de hoy.

El apóstol Pablo nos dice que cuando el Señor venga lo hará entre llamas de fuego. El apóstol Pedro describe la venida de Cristo así: «Pero el día del Señor vendrá como un ladrón. En aquel día los cielos desaparecerán con un estruendo espantoso, los elementos serán destruidos por el fuego, y la tierra, con todo lo que hay en ella, será quemada. […] Ese día los cielos serán destruidos por el fuego, y los elementos se derretirán con el calor de las llamas.» (2 Pedro 3:10,12) El clima de ese día será un verdadero infierno y nada podrá evitarlo. Respecto a cuándo sucederá este calentamiento global final Pedro deja claro que «el día del Señor vendrá como un ladrón» es decir, será repentino e inesperado. No sabemos cuándo sucederá. Pero sí podemos afirmar lo mismo que podría ser hoy mismo o en muchos años más. Todas las otras señales profetizadas al respecto ya se han cumplido. ¿Estamos listos para ir con el Señor? Él obedeció perfectamente por nosotros y pagó nuestros pecados, lo hizo todo a nuestro favor y nada podemos añadir nosotros para mejorarlo. Pero en gratitud por ello, vamos a querer vivir en una continua celebración de su epifanía.

Oracion:

Gracias, Señor y Salvador Jesucristo, por haberme salvado y así pertenecer a tu reino. Con anhelo expectante espero tu llegada. En tanto, te suplico, me concedas que en gratitud a tu amor, yo renuncie a la impiedad y a los deseos mundanos, para vivir sobria, justa y piadosamente, mientras aguardo la esperanza bienaventurada y tu manifestación gloriosa. Amén.

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