Meditación - 2020 diciembre 09

(Lectura de la Biblia en tres años: Ester 7–8, Hechos 17:1–9)

¡La paz en medio de las aflicciones!

Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo.

Juan 16:33.

Uno de mis momentos favoritos de la temporada navideña es la canción final del servicio de Nochebuena en la iglesia. Las luces están apagadas. La iglesia resplandece a la luz de las velas. Alguien comienza a cantar “Noche de paz, noche de amor” y la canción de paz llena el santuario.

Cuando era niño, me encantaba recibir mi vela. Ahora de adulto y pastor del rebaño de Dios, doy un dulce suspiro mientras saboreo la maravilla de la venida de Cristo. A veces, se siente como si el ajetreo de las fiestas junto con la pena de mi pecado y los problemas de la vida me quitan la respiración como un puñetazo en el estómago y no puedo respirar hasta esta última canción. Mientras exhalo y canto "Brilla la estrella de paz", es como si no importara el problema dentro de mí y mi alrededor, por este momento fugaz, hay paz.

La sensación de contener la respiración o de que alguna aflicción o tormento interno te deje sin respiro es algo que también conoces. No puedes evitarlo, no puedes esquivarlo, no puedes evitarlo. Como escuchamos en Job, nacimos para las aflicciones, tan seguramente como las chispas vuelan hacia arriba o como Jesús nos promete aquí: “En este mundo afrontarán aflicciones”. Dado que eso es cierto, ¿cómo podemos realmente encontrar la paz?

dos semanas “Noche de paz” llenará el santuario. ¡No puedo esperar! Pero el gozo y el consuelo para ti hoy es este: ¡la paz no es algo que tienes que esperar a respirar hasta entonces! ¡El evangelio de Dios llena el aire con el aliento y el canto de la paz de Cristo! En la noche en que nació tu Salvador, una de las pocas palabras que el cielo cantó fue paz. Las palabras de Pablo de ayer nos ayudan a comprender lo que querían decir los ángeles. "Hemos sido justificados, declarados inocentes y exonerados por Dios, mediante la fe en el sacrificio de Jesús". En Jesús eres lo que Él es: ¡puro y santo! ¿Qué significa eso para ti? Lo que dice tu Salvador: que, a pesar de afrontar aflicciones en el mundo, anímate, ¡Él ha vencido al mundo! Él ha ganado la victoria sobre todos tus pecados y aflicciones y está haciendo algo muy bueno con cada uno de tus problemas.

Respira ese aire de paz y duerme en paz celestial.

Oración:

Querido Salvador, quien venció al mundo, los problemas a menudo me roban la paz. Lléname con la canción de tu evangelio para que respire tu paz. Amén.

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