Meditación - 2020 diciembre 03

(Lectura de la Biblia en tres años: Nehemías 13, Hechos 16:1–5)

¡Esperando por ese Hijo varón!

El hombre se unió a Eva, su mujer, y ella concibió y dio a luz a Caín. Y dijo: «¡Con la ayuda del Señor, he tenido un hijo varón!» 2 Después dio a luz a Abel, hermano de Caín… 8 Caín habló con su hermano Abel. Mientras estaban en el campo, Caín atacó a su hermano y lo mató…25 Adán volvió a unirse a su mujer, y ella tuvo un hijo al que llamó Set, porque dijo: «Dios me ha concedido otro hijo en lugar de Abel, al que mató Caín».

Génesis 4:1,8,25

No tenemos que imaginarnos cuánto Adán y Eva anhelaban la promesa de su Salvador. Casi lo vemos. Vemos la esperanza en el nombre que Eva le dio a su bebé. "Te llamo 'Te tengo', Ca-yín". Ese es tu nombre porque "Con la ayuda del Señor, he tenido un hijo varón". Allí vemos el anhelo por su Salvador. Ella usa el nombre especial de Dios que enfatiza su gracia en prometernos su Hijo. El español identifica ese nombre especial con las letras mayúsculas: "SEÑOR", "el gran YO SOY". “Con la ayuda del YO SOY he tenido un hijo varón.” Vendrá el día cuando el gran YO SOY nos dará su Hijo.”

El resto de Génesis 4 nos muestra cómo el anhelo por el Redentor crecería en Adán y Eva por la gran tragedia de Caín al asesinar a su hermano Abel. ¡Qué devastación! En sus momentos más angustiosos, cuanto los corazones de Adán y Eva habrían de haber anhelado: "¡SEÑOR! ¿Cuándo viene tu Salvador prometido? ¡Las cosas aquí se han puesto críticas!"

Querido oyente, quizás aquí es donde te encuentras este Adviento. En un tiempo del año en la que nos enfocamos en la familia y los seres queridos, tal vez te sientes triste al pensar en una relación rota o dañada. Tal vez, el pecado te acechó como una fiera. Se lanzó sobre ti y te atrapó. De tu boca salieron palabras fuertes e hirientes o quizás, fue la otra persona. Ahora anhelas: "¡Ay, Señor, Señor, ¿cuándo vienes de nuevo para hacer nuevas todas las cosas?"

¡Gloria a Cristo! El Señor saciará nuestro profundo anhelo y no se demorará. De hecho, viene en esta palabra: Génesis 4 termina con la continuación de la línea del Salvador. Eva dio a luz a Set. A través de Set, un día una nueva mamá cansada pero feliz tal como Eva, una virgen, tendría en sus brazos a ese bebé tan anhelado y esperado. “Yo te llamo, 'Jesús', Salvador, porque por el poder del SEÑOR, he tenido a su Hijo! " ¡En ese nacimiento Dios ha cumplido su mayor promesa para ti! ¡En Cristo Jesús tú eres nuevo! ¡En Cristo Jesús todo será nuevo y completo! Que nuestros corazones exclamen: “¡Oh gran YO SOY, te alabo! Con tu ayuda y tu bendición ahora tengo mucha esperanza!”

Oración:

Cristo Jesús, todo lo roto te lo pongo en tus manos. Tú eres el gran YO SOY que sana y hace todo nuevo. Espero en ti. Lléname de esperanza y ayúdame a sanar y a reparar lo que puedo. Amén.

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