Meditación - 2020 diciembre 01

(Lectura de la Biblia en tres años: Nehemías 12:1–26, Hechos 15:25–35)

¿Qué Esperas?

¿Acaso has comido del fruto del árbol que yo te prohibí comer? 12 [El hombre] respondió: —La mujer que me diste por compañera me dio de ese fruto, y yo lo comí. 13 Entonces Dios el Señor le preguntó a la mujer: —¿Qué es lo que has hecho? —La serpiente me engañó, y comí —contestó ella. 14 Dios el Señor dijo entonces a la serpiente: «...15 Pondré enemistad entre tú y la mujer,     y entre tu simiente y la de ella; su simiente te aplastará la cabeza,     pero tú le morderás el talón».

Génesis 3:9-14, 15

Oye, ¿Qué esperas? ¿Qué anticipas? ¿Lo que muchos esperan y anticipan? Que el año 2020 por fin se acabe. ¡Qué año, eh! Me recuerda mucho de una frase en el antiguo villancico “Santa la noche,” escrito en 1847. “El mundo estuvo envuelto en sus querellas.” ¡Que apta descripción del 2020, ¿sí o no?

La verdad es que el mundo ha estado envuelto en sus aflicciones y cansancio por mucho más tiempo que este año. Ha sido así desde casi el principio, desde Génesis 3. Todo el mal en que estamos envueltos hoy es la maldición que vaciamos sobre nosotros cuando le creímos la mentira al diablo que nuestro Creador no era realmente bueno y confiable. Desde ese entonces hemos estado envueltos en querellas y pecados. ¿No nos ves, no te ves en Adán y Eva temblando tras de unos árboles y que a pesar de estar desnudos, allí estamos envueltos en culpa, temor, echándole a otros y a Dios la culpa?

Pero para ti y para mi que estamos envueltos en culpa y querella y en el cansancio y la aflicción que resulta hay una gran esperanza. ¿La ves? Aquí está: ¡Tienes un Dios que tanto te ama que se niega a dejarte envuelto en culpa y querella! Corre tras de ti, no para envolverte en llamas, pero para envolverte en su más maravillosa promesa salvadora. Escúchale decirle al diablo, “Serpiente, escúchame bien: Yo quiero a mis seres humanos más que a mi propia vida. Te prometo diablo, que enviaré una simiente de la mujer, mi Hijo amado, para aplastarte la cabeza. Él se envolverá en la culpa y querella de todos los siglos y mediante su aflicción, les dará a mi pueblo una nueva alianza, nueva vida, nuevo futuro.”

La promesa de Cristo envolvió a incontables creyentes y los mantuvo durante años de plagas, desastres, disturbios civiles y querellas. Ellos esperaron a Cristo y no se decepcionaron ¿Qué esperamos? ¿qué anticipamos? ¡Lo mismo! Esperamos a Cristo y jamás seremos decepcionados.

Oración:

Señor Jesús, cansados por las querellas de este año, esperamos en ti. Envuélvenos en la promesa de tu salvación para que nuestros corazones cansados se regocijen en ti. Amén.

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