Skip to content

Meditación - 2020 agosto 22

Meditación - 2020 agosto 22

(Lectura de la Biblia en tres años: 1 Crónicas 4:24–43, Juan 16:1–4)

LA MALDICIÓN DE LA LEY

Todos los que viven por las obras que demanda la ley están bajo maldición, porque está escrito: «Maldito sea quien no practique fielmente todo lo que está escrito en el libro de la ley.»

—Gálatas 3:10

Poco antes de morir al «probar Jesús el vinagre, dijo: —Todo se ha cumplido. Luego inclinó la cabeza y entregó el espíritu. (Juan 19:30) ¿A qué se refería?

Desde el inicio mismo de su vida en la tierra, quedó claro que Jesucristo vino para la salvación de la humanidad. El ángel Gabriel, los ángeles que aparecieron a los pastores, los sabios del oriente, la profetisa Ana y el anciano Simeón claramente se refirieron a Jesús como «el Salvador». Juan el bautista le llamó «el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo». Cristo mismo enseñó que él había venido para salvar. Por esto es indudable que cuando él dijo: «Todo se ha cumplido» se refería a la salvación: Todo lo que tenía que ser hecho para salvar a la humanidad, ya estaba hecho, cumplido. No es necesario añadir nada más a la obra redentora efectuada por Cristo. Para el Padre la deuda ya está totalmente cancelada y lo acepta así. No necesitamos hacer absolutamente nada para ir al cielo pues todo lo hizo Cristo en lugar nuestro. En base a los méritos de su Hijo, Dios, el Padre, nos declara perdonados y no culpables.

Sin embargo, cuando queremos pensar que podemos añadir algo de nuestro propio mérito a lo que Cristo ya hizo por nosotros, entonces significa que no tenemos fe en lo que dice la Biblia sino en lo que nosotros opinamos y pensamos respecto a la salvación. Si imaginamos que con nuestra obediencia a la ley moral podemos mejorar la obra de Cristo, entonces estamos bajo maldición. Pues para que nuestra obediencia tenga un valor real debe ser perfecta y total. Debemos cumplir todas las exigencias de la ley moral perfectamente siempre y sin fallar ni una sola vez. Nadie puede lograrlo y por eso Dios tuvo que otorgarnos la salvación gratuitamente, gracias a que Cristo cumplió perfectamente en lugar nuestro con todo lo exigido. En gratitud vamos a querer apreciar esta salvación tan grande y gratuita no despreciándola al querer agregar nuestro propio mérito.

Oracion:

Te doy gracias Señor que por tu evangelio me diste perdón de pecados y vida eterna gracias a los méritos de tu Hijo Jesucristo. Lo hiciste cuando el Espíritu Santo obró en mí fe y vida nueva por el poder de tu Palabra unida al agua al ser bautizado. Por tus medios de gracia, afírmame en esa misma fe. En gratitud quiero vivir en santidad haciendo buenas obras, no para salvarme, sino porque tú me mueves a hacerlas en gratitud a tu amor. Concédeme alcanzarlo. Amén.

 

Lea el Capítulo Completo Aquí


Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

Más Contenido

Meditación - 2019 julio 18

Ver Recursos

Meditación - 2019 julio 18

Ver Recursos

Servicio - 13 enero 2019

Ver Recursos

Meditación - 2020 enero 30

Ver Recursos