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Meditación - 2020 agosto 13

Meditación - 2020 agosto 13

(Lectura de la Biblia en tres años: 2 Reyes 25:1–21, Juan 13:21–30)

EL MILAGRO DE LA MULTIPLICACIÓN DE LOS ALIMENTOS

Todos comieron hasta quedar satisfechos, y los discípulos recogieron doce canastas llenas de pedazos que sobraron. Los que comieron fueron unos cinco mil hombres, sin contar a las mujeres y a los niños.

—Mateo 14:20–21

El milagro de la multiplicación de los alimentos (en este caso, cinco panes y dos peces) no solo está testimoniado por esta porción de las Escrituras. También sucedió en tiempos del Antiguo Testamento. Por ejemplo, durante el tiempo que Moisés peregrinó con los israelitas tras el éxodo (Números 11:21–23) o el ministerio del profeta Eliseo (2 Reyes 4:42–44) Sin embargo a muchas personas les es difícil creer en milagros, y por tanto, argumentan que todo relato bíblico de un hecho sobrenatural debe ser considerado un mero cuento o fantasía creada con el propósito de impartir una enseñanza moral, útil para el lector.

Para el milagro del texto de hoy prefieren pensar que, al ver que un niño entregó todo su alimento para que los apóstoles lo administraran, la multitud fue conmovida y cada uno comenzó a contribuir con lo que había llevado de modo que todos pudieron comer. Pero si así hubiera sido, Mateo lo hubiera registrado y no había necesidad de crear una fantasía. La verdad es que Jesús sí multiplicó los alimentos. Para el creador de todas las cosas esa multiplicación no es nada difícil (Juan 1:1,2). El propósito de esta narración no es la de mostrarnos cuán poderoso es Cristo. Por esto el número de gente que comió no es el centro de la enseñanza. Él pudo hacerlo tanto si solo era necesario un solo pan o millones, y en cada caso el hecho es milagroso. Pero lo que sí podemos aprender de este relato es que la misión de la iglesia es tan grande que solo Dios puede pagarla y lo hará pues Él es el principal interesado en la salvación de los seres humanos. Sin embargo, Él nos quiere involucrados en el asunto: «Denles ustedes mismos de comer» (Mateo 14:16) Cristo quería que ellos asuman el reto y confíen que Él obraría. Con el milagro es evidente para nosotros que Dios está detrás de la predicación del evangelio y que Él suministrará todo lo necesario para que su mensaje llegue a todo el mundo. Nosotros fuimos salvados gratuitamente gracias a los méritos de Cristo. En gratitud vamos a querer invertir nuestra vida en el propósito de Dios para la iglesia.

Oracion:

Señor, confieso que por mi propia razón o elección no puedo creer en Jesucristo, mi Señor, ni acercarme a él. Sino que el Espíritu Santo me ha llamado mediante el evangelio, me ha iluminado con sus dones, me ha santificado y guardado en la fe verdadera. De la misma manera llama, congrega, ilumina y santifica a toda la iglesia cristiana en la tierra, y en Jesucristo consérvala en la verdadera fe. Te suplico obres en mí tal gratitud que todo mi ser, mi tiempo, mis talentos, mis bienes e intelecto yo los quiera dedicar a difundir tu palabra en todo el mundo.

 

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Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

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