Skip to content

Meditación - 2020 agosto 08

Meditación - 2020 agosto 08

(Lectura de la Biblia en tres años: 2 Reyes 21, Juan 12:37–43)

MANASÉS, UN MONARCA SANGUINARIO

Además del pecado que hizo cometer a Judá, haciendo así lo que ofende al Señor, Manasés derramó tanta sangre inocente que inundó a Jerusalén de un extremo a otro.

—2 Reyes 21:16

Manasés hijo de Ezequías y Hepsiba no solo destaca por ser uno de los reyes que más tiempo haya permanecido en el trono de Jerusalén, también fue el más perverso. ¿Cómo así?

Manasés gobernó por 55 años en los que «hizo lo que ofende al Señor, pues reconstruyó los altares paganos que su padre Ezequías había destruido; además, erigió otros altares en honor de Baal e hizo una imagen de la diosa Aserá. Se postró ante todos los astros del cielo y los adoró. En ambos atrios del templo del Señor construyó altares en honor de los astros del cielo. Sacrificó en el fuego a su propio hijo, practicó la magia y la hechicería, y consultó a nigromantes y a espiritistas. Hizo continuamente lo que ofende al Señor, provocando así su ira. Tomó la imagen de la diosa Aserá que él había hecho, y la puso en el templo» (2 Reyes 21:2–7) A todos estos pecados añadió el de causar la muerte de muchas personas inocentes «derramó tanta sangre inocente que inundó a Jerusalén de un extremo a otro.» La tradición judía afirma que el profeta Isaías murió aserrado, víctima de la maldad de Manasés y de la acusación de un testigo falso. En 2 Crónicas 33:11, es narrada la manera en que el rey Manasés fue llevado a Babilonia atado con cadenas de bronce. Todos los pecados cometidos por Manasés se enumeran como una de las causas por las que Jerusalén fue finalmente destruida (2 Reyes 24:3). «Estando en tal aflicción, imploró al Señor, Dios de sus antepasados, y se humilló profundamente ante él. Oró al Señor, y él escuchó sus súplicas y le permitió regresar a Jerusalén y volver a reinar. Así Manasés reconoció que sólo el Señor es Dios» (2 Crónicas 33:12–13). Dios perdonó a Manasés. No lo perdonó por su oración, ni por su arrepentimiento ni por sus humildes súplicas. Perdonó a Manases por los méritos de Cristo.

Aunque no hayamos matado a nadie, somos culpables del pecado de ira cuando guardamos rencor a nuestro prójimo o lo dañamos de cualquier manera que reduzca su tiempo de vida. Por ese pecado merecemos toda la ira de Dios. Cristo, en lugar nuestro ayudó a conservar la vida del prójimo y en la cruz sufrió por el castigo que merecemos. En gratitud vamos a ayudar a conservar la vida de nuestro prójimo y vivir consagrados al Señor que nos salvó.

Oracion:

Señor, concédenos temerte y amarte, de tal modo que no hagamos mal ni causemos daño a nuestro prójimo en su cuerpo; sino que le ayudemos y le seamos útiles en toda necesidad material. Amén.

 

Lea el Capítulo Completo Aquí


Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

Más Contenido

Meditación - 2019 julio 18

Ver Recursos

Meditación - 2019 julio 18

Ver Recursos

Servicio - 13 enero 2019

Ver Recursos

Meditación - 2020 enero 30

Ver Recursos