
Meditación - 2020 abril 25
(Lectura de la Biblia en tres años: 1 Samuel 25:1–19, Lucas 21:1–6)
EL CRISTIANO PUEDE VIVIR CONFIADO EN LA BONDAD DEL SEÑOR
En paz me acuesto y me duermo,
porque sólo tú, Señor, me haces vivir confiado.
—Salmo 4:8
Son muchas las aflicciones a las que el ser humano se enfrenta a lo largo de su vida. Moisés dijo que «Setenta años son los días de nuestra vida; ochenta años llegan a vivir los más robustos. Pero esa fuerza no es más que trabajos y molestias, pues los años pronto pasan, lo mismo que nosotros.»
(Salmos 90:10). Pero no tenemos que enfrentar solos tales aflicciones pues Dios siempre está a nuestro lado brindándonos el socorro oportuno, aunque no seamos conscientes de ello.
Sin embargo, Dios vela por nosotros, no porque lo merezcamos. Nada que nosotros hagamos puede hacernos gratos al Señor. Todas nuestras buenas obras delante de Dios son como un trapo de inmundicia (Isaías 64:6) y puesto que somos hijos de Adán hemos heredado de él nuestra condición de pecadores. Eso significa que somos pecadores desde el vientre de nuestra madre y por eso merecedores de toda la ira de Dios (Salmo 51:5)
Jesucristo vino para salvarnos de la condenación eterna. Lo hizo al obedecer perfectamente la voluntad de Dios en lugar nuestro y al morir en la cruz sufriendo el castigo que nosotros merecíamos. Por esos méritos Dios no ha declarado justos y nos protege de todo mal y peligro misericordiosa mente. En gratitud vamos a querer amar temer y confiar en Dios sobre todas las cosas. Amén.
Oración:
Bendito seas el Señor, y bendito sea su nombre para siempre. Dios mío, tu preservas mi vida cada día, para que pueda prepararme para la eternidad y entregar mi alma a ti como tu posesión y morada. Tú me has creado para la vida eterna. No quieres que perezca, sino que me arrepienta y viva. Concédeme que me ocupe este día en mi propia salvación con temor y temblor. Cuando el enemigo procure dañarme, ven tú para rescatarme y auxiliarme. Jesús, mediador e intercesor mío, haz que mi corazón sea tu morada, para que me apresure para ir a ti en todo acontecimiento, tribulación, sufrimiento y en la hora de la muerte, y de ti obtenga ayuda. Si Dios es por mí, ¿quién contra mí? Oh querido Salvador, permite que hoy siga en tus santas pisadas; que ande como tú anduviste. Líbrame de caer en las tentaciones del diablo, del mundo y en los engaños de mi propio corazón. Amén.
Meditación - 2020 abril 25
Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.
Más Contenido

Meditación - 2019 julio 18
Ver Recursos
Meditación - 2019 julio 18
Ver Recursos
Servicio - 13 enero 2019
Ver Recursos
Meditación - 2020 enero 30
Ver Recursos