Skip to content

Meditación - 2019 octubre 23

Meditación - 2019 octubre 23

(Lectura de la Biblia en tres años: Números 5:11–31, Marcos 6:39–44)

NUESTRAS BUENAS OBRAS NO PUEDEN AGRADAR A DIOS

Pues Dios nos salvó y nos llamó a una vida santa, no por nuestras propias obras, sino por su propia determinación y gracia. Nos concedió este favor en Cristo Jesús antes del comienzo del tiempo;

—2 Timoteo 1:9

¿Le parece descabellado el título de la meditación de hoy? Sí así fuera, no estaría sin compañía. A muchos, a través de los siglos, les ha parecido descabellada la afirmación de que las buenas obras hechas por los seres humanos no son del agrado de Dios. Sin embargo, es la Biblia misma la enseña tal cosa. ¿Cómo así?

Somos pecadores de nacimiento. Por eso «todas nuestras buenas obras son como un trapo sucio» (Isaías 64:6, DHH). Dios abomina las obras del pecador tanto como al pecador mismo. Puesto que todos hemos pecado, aunque sea una sola vez, delante del Señor solo merecemos su condenación (Romanos 3:23; Salmo 7:11; Santiago 2:10). Solo las obras perfectas agradan a Dios, pues Él es perfecto, perfectamente correcto, justo y santo. Jesucristo demanda que seamos perfectos (Mateo 5:48). Pero ninguno de nosotros es perfecto, y en consecuencia, nuestras buenas obras no lo son. Nos parecen buenas obras porque las medimos con nuestro criterio imperfecto. El único que hizo buenas obras perfectas y que fue perfecto es Jesucristo. Dios mismo testificó que las obras de Jesucristo sí le agradan (Lucas 3:21; 9:35; 1 Juan 5:9). Cuando queremos agradar a Dios con nuestras propias buenas obras solo logramos ofenderlo pues Él no quiere tener nada que ver con el pecado. Por nuestro pecado y por nuestras buenas obras imperfectas merecemos padecer toda la ira de Dios en el infierno por los siglos de los siglos. Jesucristo vino para ser nuestro sustituto y acreditarnos, así, a nuestro favor sus buenas obras. Nos salvó de la ira al padecerla, en la cruz, por nosotros. Dios acepta gustosamente las buenas obras de Jesucristo, como si fueran nuestras, cuando, por la fe, nos son acreditadas a nuestro favor. ¿Significa que no tenemos que hacer buenas obras? Sí, para agradar a Dios no tenemos que hacer buenas obras. Sin embargo, en gratitud a lo que Cristo Él hizo a favor nuestro vamos a querer vivir santamente y hacer buenas obras lo mejor que podamos. Dios, por su gracia, añadirá los méritos de Cristo a esas imperfectas buenas obras para que sean aceptables delante de Él. Puesto que con el mérito perfecto de Cristo ya son agradables a Dios, Él nos recompensará abundantemente. Puesto que no las merecemos las llamamos «Recompensas de gracia»

Oración:

Gracias te doy Señor, por el don de tu amado Hijo y por la revelación de tu voluntad y tu gracia: Te suplico que siembres tu Palabra en nuestros corazones para que produzca en nosotros buenos frutos y perseveremos en hacer el bien en gratitud a tu amor incondicional de manera que recibamos tus recompensas de gracia por los méritos de Jesucristo, redentor nuestro.

 

Lea el Capítulo Completo Aquí


Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

Más Contenido

Meditación - 2019 julio 18

Ver Recursos

Meditación - 2019 julio 18

Ver Recursos

Servicio - 13 enero 2019

Ver Recursos

Meditación - 2020 enero 30

Ver Recursos