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Meditación - 2019 octubre 21

Meditación - 2019 octubre 21

(Lectura de la Biblia en tres años: Números 4:22–49, Marcos 6:30–34)

SOLO CRISTO ES NUESTRA ROCA

Porque la roca de ellos no es como nuestra Roca,
Y nuestros mismos enemigos lo atestiguan.

—Deuteronomio 32:31, La Biblia Textual

Somos conscientes de nuestra fragilidad humana en los momentos que enfrentamos crisis. La angustia que resulta de tales pruebas puede agotarnos. Es entonces, cuando más necesitamos el apoyo de alguien confiable. Tal persona es una fortaleza e inspiración que nos permite seguir adelante. Sin embargo, aun nuestros seres más queridos pueden fallarnos y dejarnos heridos. Especialmente, si ellos no resultaron lo confiables que esperábamos que fueran. ¿Hay alguien que sea plenamente confiable, y que no nos falle en el peor de los momentos? ¡Sí!. Es Cristo.

Los paganos del tiempo de Moisés se apoyaban en sus dioses tradicionales. Tales dioses falsos no resultaban confiables. Por eso se los imaginaban corruptos y débiles, esclavos de pasiones semejantes a las humanas. El concepto más extendido era el de pensar que esos ídolos pactaban con los seres humanos mediante ritos que implicaban cohecho. Pero, aun cuando el soborno era entregado, no cumplían con lo pactado y sus devotos quedaban burlados y frustrados. No eran rocas firmes y confiables. ¡Cuán diferente es el Dios de Israel! Jehová es totalmente confiable e inmutable (Deuteronomio 10:16; Malaquías 3:6). Ningún ser humano es digno de tal confianza. Tampoco los ídolos, pues nada son.

De Jehová podemos estar seguros que nada injusto hará: Él es santo. No hace la vista gorda para pasar por alto el pecado. Ha preferido cargar Él mismo el castigo que merecemos y padecer, en la cruz, toda la ira divina en lugar nuestro a fin de salvarnos. El Señor es fiel. Jesucristo es Jehová, Dios hecho carne. Él es la segunda persona de Jehová, el Dios triuno. Como tal, Él es inmutable: «Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos». (Hebreos 13:8). Dios es correcto y podemos estar seguros que no cambia y que cumplirá sus promesas tan cierto como si ya hubieran sucedido. (Números 23:19; Isaías 46:9,10; Hebreos 1:11,12). Además, al asumir naturaleza humana, Jesucristo conoce de primera mano y por experiencia propia nuestras luchas, debilidades y sufrimientos, pues fue como nosotros en todo, excepto en el pecado (Hebreos 2:17–18; 4:15–5:8) En gratitud vamos a querer temer, amar y confiar en Él, sobre todas las cosas.

Oración:

Roca de la eternidad, fuiste abierta para mí; sé mi escondedero fiel; Sólo encuentro paz en Ti, eres puro manantial en el cual lavado fui. Aunque yo aparezca fiel, y aunque llore sin cesar, del pecado no podré justificación lograr. Sólo en Ti, teniendo fe, puedo mi perdón hallar. Mientras deba aquí vivir, mi postrer suspiro al dar, cuando vaya a responder a tu augusto tribunal: Sé mi escondedero fiel, Roca de la eternidad. Amén. (CC#219)

 

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Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

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