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Meditación - 2019 junio 17

Meditación - 2019 junio 17

(Lectura de la Biblia en tres años: Génesis 35:22–36:14, Mateo 12:1–8)

APRENDER DESDE EL PRINCIPIO

En el principio ya existía el Verbo,

y el Verbo estaba con Dios,

y el Verbo era Dios.

—Juan 1:1

¿Le parece que los días son cada vez más cortos? A mí sí, desde el día que cumplí 25 años el tiempo pasó volando, tanto que varios años me parecen como meses. Sencillamente el tiempo no me sobra. Quisiera días más largos. Dios no tiene ese problema pues el no está sujeto al tiempo ni al espacio. Él es eterno. ¿Por qué, entonces, se habla de él con relación al principio?

El apóstol Juan nos afirma que el Verbo (Dios, el Hijo) ya existía en el principio. Dice esto para mostrar que el Verbo, siendo eterno, un día ingresó al tiempo. En el texto que hoy meditamos, el término el principio señala la frontera del tiempo con la eternidad. La eternidad de Dios es aquella realidad que nunca deja de ser. Decir que el Verbo ya existía al principio significa que él es eterno, y tan eterno como lo es Dios el Padre. En la Edad Media alguien planteó, que puesto que los hijos son posteriores a los padres, el Verbo al ser Hijo no podría ser eterno. Tomás de Aquino en su libro «Summa Theologica» recogió la respuesta con la que solían poner fin a la cuestión: Solo se es padre desde que hay hijo. Por tanto si el Padre es eterno el Hijo es eterno. Los cristianos no creemos que el Verbo sea eterno debido a que la lógica lo respalde. Simplemente aceptamos lo que la Biblia enseña acerca de Dios. La Biblia enseña que la eternidad pertenece a las tres personas de la Trinidad. Pero también dice que el Verbo entró en el tiempo ¿Por qué lo hizo?

Dios, el Hijo, vino a nuestra realidad por la gracia de Dios. La misericordia divina tuvo compasión de nosotros, frágiles y efímeras criaturas, que estábamos condenados a sufrir la eterna ira de Dios a causa del pecado que forma parte de nuestra naturaleza humana. No tenía que hacerlo. Pudo dejarnos a nuestra desgracia. Pero optó por salvarnos asumiendo naturaleza humana para obedecer en lugar de nosotros y morir pagando nuestra deuda. Toda nuestra perspectiva temporal ahora tiene visos de eternidad gracias a Él. En gratitud vamos a querer vivir con la mirada puesta en lo eterno y no en lo temporal solamente.

Oración:

Señor, gracias porque por los méritos de tu Hijo Jesús nos has sacado del reino de las tinieblas al reino de la luz para salvarnos de la muerte eterna y regalarnos la bienaventuranza perpetua. Amén.

 

Lea el Capítulo Completo Aquí


Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

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