
Meditación - 2019 julio 23
Meditación - 2019 julio 23
(Lectura de la Biblia en tres años: Éxodo 12:1–28, Mateo 19:1–12)
LAS BUENAS Y LAS MALAS OBRAS EN LA VIDA CRISTIANA
Cada cual examine su propia conducta; y si tiene algo de qué presumir, que no se compare con nadie.
—Gálatas 6:4
¿Los cristianos verdaderos todavía caen en pecado o están absolutamente libres de toda caída? La verdad es que no hay cristiano perfecto, y es triste decirlo pero después de conocer a Cristo, los creyentes todavía somos susceptibles de caer en tentación y pecado.
El apóstol Juan fue bastante claro cuando escribió: «Si afirmamos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y no tenemos la verdad.» (1 Juan 1:8). Con esto nos dice que negar que los cristianos caemos en pecado es auto engañarse y por tanto fuera de la verdad. Sin embargo saber esto no nos libra del hecho de que ese pecado nos aleja de Dios. Por esto el apóstol Pablo al inicio del último capítulo de la carta a los Gálatas dice: «Hermanos, si alguien es sorprendido en pecado, ustedes que son espirituales deben restaurarlo con una actitud humilde. Pero cuídese cada uno, porque también puede ser tentado.» (Gl 6:1). Dios nos manda reprender el pecado (Efesios 5:11 cf. Mateo 18:15; Lucas 3:19; 1 Timoteo 5:20; 2 Ti 4:2; Tito 2:15) y cuando no lo hacemos nos hacemos cómplices de ese pecado. Sin embargo ese reprender debe ser hecho desde una actitud humilde pues nosotros también podemos caer en ese mismo pecado. La verdad es que si no hemos cometido el pecado que vamos a reprender no es porque seamos buenos. Simplemente es porque Dios evitó que lo cometiéramos. Por esto el texto que hoy meditamos nos llama a la cordura. Eso significa saber que los seres humanos somos culpables de cada pecado que hemos cometido. Pero no somos los autores del bien que hagamos. En el capítulo cinco Pablo aclaró que lo bueno que el cristiano hace es fruto, no de que él sea bueno, sino del Espíritu Santo, «pues Dios es quien produce en ustedes tanto el querer como el hacer para que se cumpla su buena voluntad. (Filipenses 2:13).
Nosotros no somos salvos por nuestras buenas obras, ni por hacerlas somos reconocidos por Dios como justos. Es más, nuestras buenas obras para Dios son un trapo de inmundicia por el que merecemos toda su ira (Isaías 64:6). Es solo por los méritos de Jesucristo como nuestro sustituto que hemos sido declarados justos. La fe que el Espíritu Santo pone en nuestros corazones se manifiesta en obras de amor. Pero no nos jactamos de esas obras, porque sabemos que no podemos ganar la salvación por medio de ellas ni somos nosotros realmente que las hacemos, sino Dios obrando por medio de nosotros.
Oracion:
Señor, solo gracias a tu obra redentora soy salvo y permanezco en la fe verdadera. Te suplico me guardes de sentirme mejor o más bueno que los demás. Amén.
Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.
Más Contenido

Meditación - 2019 julio 18
Ver Recursos
Meditación - 2019 julio 18
Ver Recursos
Servicio - 13 enero 2019
Ver Recursos
Meditación - 2020 enero 30
Ver Recursos