Meditación - 2019 julio 21

(Lectura de la Biblia en tres años: Éxodo 10:1–20, Mateo 18:15–27)

EN DIOS CONFIAMOS

Una cosa ha dicho Dios,
y dos veces lo he escuchado:
Que tú, oh Dios, eres poderoso;
que tú, Señor, eres todo amor;
que tú pagarás a cada uno
según lo que merezcan sus obras.

—Salmo 62:11,12

¿Pueden nuestras buenas obras salvarnos? La Biblia responde con claridad que no. Entonces, ¿Por qué David dice que Dios pagará a cada uno según merezcan sus obras? Esta pregunta es muy importante y debe ser respondida.

El salmo 62 fue escrito por David y expresa en el mismo su confianza en Dios. También anima a poner la confianza en el Señor. Esto nos muestra que David no estaba confiando en sí mismo o en sus propios méritos para agradar a Dios. Por esto dice: « Sólo en Dios halla descanso mi alma; de él viene mi esperanza. Sólo él es mi roca y mi salvación» (Salmo 62:5-6). Pero su confianza en Dios no solo tiene que ver con la salvación de la condenación eterna sino también con otros aspectos de la vida, tal como lo expresa en el final del versículo 6: «él es mi protector y no habré de caer.». Por otra parte, David nos advierte contra dos fuentes de ayuda que son poco confiables: No sirve confiar en la gente humilde o no como la última fuente de ayuda. Tampoco las riquezas son dignas de confianza pues son inconstantes y pasajeras.

David no está equivocado cuando afirma que Dios pagará a cada uno según sus obras. Esto mismo lo enseñó tanto el Señor Jesucristo como el apóstol Pablo (Mateo 25:31-46; Romanos 2:12-16). Dios exige que los seres humanos hagan buenas obras. Solo quienes tengan en su cuenta buenas obras pueden entrar ante su presencia. ¿Cómo entonces podemos afirmar que la salvación es gratuita? Dios todavía exige buenas obras para entrar al cielo. Por eso, y debido a que nuestras buenas obras no son perfectas delante de él, vino Jesucristo. Él ha obedecido perfectamente en lugar nuestro y sus buenas obras nos son acreditadas a nosotros de modo que sus méritos ahora son nuestros. Por los méritos de Cristo tenemos las mejores buenas obras anotadas a nuestra cuenta. También nuestros pecados han sido borrados con su sangre. En gratitud vamos a querer hacer buenas obras por amor a Dios y al prójimo y confiar sólo en los méritos de Cristo para nuestra salvación.

Oración:

Señor, gracias porque por tus méritos me permites entrar en tu reposo. Me has iluminado con la luz de tu evangelio y me has dado vida nueva de tal manera que la luz de tu amor ya brilla en medio de mis tinieblas. Gracias a ti puedo reposar de querer salvarme por mis propios méritos. Amén.

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