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Meditación - 2019 julio 03

Meditación - 2019 julio 03

(Lectura de la Biblia en tres años: Génesis 46, Mateo 14:13–21)

EL TEMPLO DEL ESPÍRITU SANTO

¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios? Ustedes no son sus propios dueños; fueron comprados por un precio. Por tanto, honren con su cuerpo a Dios.

—1 Corintios 6:19-20

Desde la más remota antigüedad los seres humanos llamamos templo al edificio consagrado a la divinidad. Pero la Biblia es bastante clara cuando remarca que «El Dios que hizo el mundo y todo lo que hay en él es Señor del cielo y de la tierra. No vive en templos construidos por hombres» (Hechos 17:24). También testifica que cuando Esteban fue acusado de hablar contra el templo de Jerusalén, él amonestó a los líderes del judaísmo con estas palabras: «El Altísimo no habita en casas construidas por manos humanas. Como dice el profeta: “El cielo es mi trono, y la tierra, el estrado de mis pies. ¿Qué clase de casa me construirán? —dice el Señor—. ¿O qué lugar de descanso?» ¿No es mi mano la que ha hecho todas estas cosas?” Tercos, duros de corazón y torpes de oídos! Ustedes son iguales que sus antepasados: ¡Siempre resisten al Espíritu Santo!» (Hechos 7:48-51). Con estas palabras Esteban sostiene que Dios quiere que el ser humano sea su templo y no un edificio construido con material inerte.

Según la Biblia, los creyentes somos templo de Dios (1 Corintios 3:16-17) y templo del Espíritu Santo (1 Corintios 6:19). Si el Espíritu Santo no fuera Dios ninguno podría ser su templo. Pero nuestros cuerpos son su templo porque el Espíritu Santo es Dios. Tal como fue profetizado, han aparecido falsos maestros y engañadores que niegan que el Espíritu Santo sea Dios. Algunos de estos enseñan que el Espíritu Santo es solo una energía que Dios envía. Pero en la Biblia hay textos claros, como los que hoy hemos citado, que revelan que el Espíritu Santo es Dios. Negar que el Espíritu Santo sea Dios es negar lo que la Biblia afirma. Jesucristo advirtió solemnemente que blasfemar contra el Espíritu Santo es un pecado que condena eternamente cuando dijo: «A cualquiera que pronuncie alguna palabra contra el Hijo del hombre se le perdonará, pero el que hable contra el Espíritu Santo no tendrá perdón ni en este mundo ni en el venidero.» (Mateo 12:32).

Jesucristo vino para salvar y quiere la salvación de todos sin excepción. Él hizo todo lo necesario para que podamos ser salvos de la ira eterna. Como nuestro sustituto, primero, obedeció perfectamente la voluntad de Dios en lugar de nosotros y, segundo, fue a la cruz para recibir el castigo que nosotros merecemos. En gratitud, vamos a querer confesar que el Espíritu Santo es Dios y vamos a querer adorarle como Dios.

Oración:

Espíritu Santo, Señor y dador de vida, mediante el evangelio obra en mí de manera que sea afirmado y fortalecido en la verdadera fe. Amén.

 

Lea el Capítulo Completo Aquí


Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

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