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Meditación - 2019 julio 02

Meditación - 2019 julio 02

(Lectura de la Biblia en tres años: Génesis 45, Mateo 14:1–12)

EL ESPÍRITU SANTO ES DIOS

Un hombre llamado Ananías también vendió una propiedad y, en complicidad con su esposa Safira, se quedó con parte del dinero y puso el resto a disposición de los apóstoles.

—Ananías —le reclamó Pedro—, ¿cómo es posible que Satanás haya llenado tu corazón para que le mintieras al Espíritu Santo y te quedaras con parte del dinero que recibiste por el terreno? ¿Acaso no era tuyo antes de venderlo? Y una vez vendido, ¿no estaba el dinero en tu poder? ¿Cómo se te ocurrió hacer esto? ¡No has mentido a los hombres sino a Dios!

—Hechos 5:1-4

Después del derramamiento del Espíritu Santo, en el Pentecostés del año de la resurrección de Jesucristo, la iglesia disfrutó de un crecimiento notable tanto en la cantidad de nuevos creyentes como en la firme convicción de fe. La fe de ellos se manifestaba en frutos de arrepentimiento como resultado de la gratitud que tenían en sus corazones por la salvación incondicional y gratuita con la que habían sido rescatados de la condenación eterna. Aquellos primeros creyentes vivían como una gran familia unida en armonía en un solo sentir y pensar. Los más ricos compartían voluntariamente sus bienes materiales con los pobres de manera que ninguno carecía de lo necesario. Inclusive muchos vendían sus propiedades heredadas y traían el precio de la venta a los pies de los apóstoles, simplemente en gratitud a Cristo, y por lo él que hizo a favor de la humanidad trayéndonos la salvación incondicional y gratuita.

Aunque todos los que participaron en esta excelente labor lo hicieron por devoción al Señor, hubo una pareja que se constituyó en la excepción: Ananías y su esposa Safira. Ambos, buscando ser admirados como más dadivosos de lo que en realidad eran, decidieron quedarse con parte del precio de la venta de su heredad afirmando que ofrendaban el total. Es evidente que Satanás, el padre de la mentira, fue quien los tentó a tratar de engañar y le hicieron caso. Con meridiana claridad el apóstol Pedro les dijo que aquello no fue un intento de engañar a los apóstoles y a los creyentes, sino de mentirle al Espíritu Santo. Pedro es enfático al afirmar que querer engañar al Espíritu Santo es procurar engañar a Dios. Pedro habló así porque no tenía la menor duda de que el Espíritu Santo es Dios. La venta de la propiedad de la persona y la entrega del producto de la venta no era una ninguna obligación, pero la honradez siempre lo es.

Oracion:

Señor, Espíritu Santo, tú eres verdadero Dios. Lo creo y confieso así no porque sea lógico, ni porque mi inteligencia lo comprenda perfectamente, sino porque tu Palabra así lo enseña y me imparte la fe para así creerlo y confesarlo. Amén.

 

Lea el Capítulo Completo Aquí


Meditaciones son presentadas por Producciones Multilingües-WELS y www.academiacristo.com. Esta obra está bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 4.0 Internacional. Todas las citas bíblicas, a menos que se indique lo contrario, están tomadas de La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional®, NVI®. Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica, Inc.™ Todos los derechos reservados en todo el mundo.

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