Meditación - 2019 agosto 30

(Lectura de la Biblia en tres años: Éxodo 38:9–31, Mateo 25:38–46)

EN LOS ÍNTEGROS ES HERMOSA LA ALABANZA

Canten al SEÑOR con alegría, ustedes los justos; es propio de los íntegros alabar al Señor.

— Salmo 33:1

¿Cómo es una persona íntegra? La integridad es una cualidad que se espera en un creyente. ¿Cuán importante es la integridad?

El apóstol Pablo recomendó a Tito «Cuando enseñes, hazlo con integridad y seriedad» (Tito 2:7). Ser íntegro es ser irreprochable. Satanás puso en duda la integridad de Job, al argumentar que el bien que realizaba era interesado. Pero a pesar de las varias aflicciones a las que fue sometido Job fue íntegro y Dios mismo dio testimonio de ello cuando dijo de él: « No hay en la tierra nadie como él; es un hombre recto e intachable, que me honra y vive apartado del mal. Y aunque tú [Satanás] me incitaste contra él para arruinarlo sin motivo, ¡todavía mantiene firme su integridad!» (Job 2:3). Aunque la Palabra de Dios demanda que los líderes de la iglesia sean íntegros, es necesario recordar que se espera que tales cualidades estén presentes en todos los cristianos, pero que en el caso de los líderes sea indudable que las posean (Tito 1:6, 7 cf. 2 Pedro 3:10,14)

Debido a nuestro viejo Adán no somos íntegros perfectamente como Dios lo exige. Por eso somos merecedores de padecer toda la ira de Dios. Pero Jesucristo fue íntegro perfectamente en lugar de nosotros «Él no cometió ningún pecado, ni hubo engaño en su boca.» (1 Pedro 2:22). Pero padeció en la cruz toda la ira de Dios en castigo por nuestra falta de integridad, lo hizo como sustituto nuestro. Gracias a él estamos reconciliados con Dios. En gratitud vamos a querer esperar su venida procurando con diligencia ser hallados por él sin mancha e irreprensibles, en paz. (2 Pedro 3:14)

Oración:

Señor te alabo y doy gracias porque aunque no he sido íntegro con la perfección que tú demandas y por el contrario te he ofendido de muchas maneras pecando contra ti, Tú has sido misericordioso para conmigo y te desprendiste de Tu Hijo amado para que él sea mi sustituto haciendo los méritos que me faltan y padeciendo por culpa mía. Gracias porque sin merecerlo heredaré la vida eterna. Por tus medios de gracia fortaléceme en la fe de manera que viva en integridad. Amén. 

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