Meditación - 2019 agosto 14

(Lectura de la Biblia en tres años: Éxodo 28:1–18, Mateo 23:9–15)

LAS EVIDENCIAS DE LA PROSPERIDAD ESPIRITUAL

Por eso, de la manera que recibieron a Cristo Jesús como Señor, vivan ahora en él, arraigados y edificados en él, confirmados en la fe como se les enseñó, y llenos de gratitud.

—Colosenses 2:6-7

Cuando los creyentes somos alimentados por la Palabra pura de Dios es natural que esa palabra fortalezca la fe de manera que pueda resistir la prueba del engaño satánico. Pero si la palabra fue adulterada, el creyente será débil en la fe y susceptible de ser arrastrado por todo viento de falsa doctrina (Efesios 4:14)

Los falsos maestros que buscaban confundir a los creyentes de Colosas y Laodicea enseñaban que el éxito y la riqueza material eran evidencia de aprobación divina. Por esto el apóstol Pablo les recuerda a los colosenses que ellos ya son prósperos espiritualmente pues su firmeza en Cristo lo evidenciaba. Por esa misma razón les anima a permanecer en esa convicción con las palabras del texto de hoy. Pablo enfatiza cuatro cosas en lo que dice: 1) Vivir en Cristo, lo que significa confiar que Cristo ya hizo todo lo necesario para que seamos salvos y que nada puede añadirse a eso. 2) Arraigados y edificados en él, y la única manera de alcanzarlos es por el poder del evangelio en los medios de gracia, es decir perseverar en escuchar el evangelio en sermones y estudios bíblico y por medio del bautismo y la santa cena. 3) Confirmados, como resultado del poder del evangelio la convicción del creyente en la obra de Cristo es afirmada de modo que no quiere prestar atención a nuevas herejías y en consecuencia 4) su corazón rebosa de gratitud expresada en acciones de gracias manifestadas en amor al Señor y al prójimo.

Oración:

Señor, tú eres santo y justo, yo solo soy un pecador tan merecedor de toda tu ira que sin tu gracia no puedo ser salvo. Pero en mi viejo Adán también yo resisto tu gracia y por eso mismo estoy en peligro de que mi fe se debilite. Por el poder del evangelio que viene a mí por tus medios de gracia fortaléceme y guárdame en la verdadera fe para la vida eterna de manera que viva fortalecido y arraigado en Cristo de tal manera que la gratitud rebose en mi corazón y en acciones de gracias. Amén.

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